Luego de que el Gobierno promulgara la Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, conocida como ley de etiquetado frontal, que tiene como objetivo advertir a los consumidores sobre los excesos de grasas, sodio y azúcares en los productos, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos. La ley comienza a cumplirse en etapas para lograr que la industria alimentaria logren reconvertirse y contar con productos que posean las señales de advertencia.

En este contexto, Jorge Martínez, licenciado en Nutrición e investigador, en diálogo con UNJuRadio, se refirió a la implementación de esta ley, su reglamentación y la importancia de contar con educación alimentaria en las escuelas para poder realizar una correcta lectura e interpretación de los nuevos sellos de advertencia.

En este sentido, el especialista mencionó «la ley está pensada para cumplirse en etapas y así darle tiempo a la industria alimentaria para reconvertirse y lograr que sus productos tengan estos sellos de advertencia. Está pautado de una manera diferencial entre pequeñas y medianas empresas y para grandes empresas, en este último caso éstas ya deberían haber empezado a modificar sus formulaciones en alimentos para concretar los sellos de advertencia, lo que la reglamentación prevé son 9 meses desde la sanción de la ley, es decir que restan 6 meses, dentro de ese periodo ya deberíamos ver los primeros sellos en productos industrializados, principalmente provenientes de grandes empresas, en el caso de pequeñas y medianas se les dará más tiempo, 18 meses, es decir que en un año deberíamos empezar a ver las etiquetas».

En esta misma línea, destacó que «empresas como Ledesma, es decir la industria azucarera, al igual que la industria aceitera están eximidos de llevar etiquetas de advertencia, pero si se lo podrá ver en los subproductos como galletitas, alfajores, entre otros».

Además y en referencia a estos subproductos, como caramelos, bombones, los cuales se caracterizan por presentar una superficie reducida, Martínez explicó que en estos casos «las etiquetas se presentarán con un octógono negro con bordes blancos y con el número de nutrientes críticos, pudiendo llegar a un total de 7 (calorías, azúcares, grasas, grasas saturadas, sodio, si contiene cafeína o algún tipo de endulcorante).

Finalmente, manifestó la importancia de contar con una educación alimentaria a la hora de leer y de comprar alimentos, en este sentido afirmó «la educación alimentaria es fundamental y en la ley está previsto que se empiecen a incorporar contenidos de educación alimentaria en nivel inicial, primario, y secundario como contenido transversal a otras asignaturas, además como consumidores lo que necesitaremos es un colectivo fuerte de profesionales comprometidos en educar a la población sobre la lectura e interpretación de los nuevos sellos de advertencia, los cuales fueron pensados para ser leídos de manera sencilla, ante esto tendremos en cuenta primero el sello en color negro que resalte, se encontrará en la parte frontal donde se podrá reconocer qué nutrientes se presentan de manera excesiva».