El caso ocurrido en febrero del 2003, fue un hecho controversial que causó una gran conmoción a nivel provincial y nacional. De acuerdo a la defensa, Romina Tejerina tuvo un parto en su domicilio, luego de ocultar un embarazo producto de una violación y, tras haber sufrido un brote psicótico, finalmente fue condenada a 14 años de prisión por “homicidio agravado por el vínculo” en junio del 2005.
En tanto el acusado de la violación, Eduardo “Pocho” Vargas fue absuelto de los cargos.
En ese marco, su entonces abogada Mariana Vargas dialogó en UNJuRadio sobre el hecho, los aspectos a cuestionar y repensar en lo que consierne al rol y derechos de las mujeres. Además, recordó sobre conceptos que empezaron a emerger y a ser usados públicamente en ese entonces, como la legalización del aborto y la justicia patriarcal.
Vargas, comentó que a partir del caso se armó un movimiento que planteaba la libertad de Romina Tejerina y una reforma que proponía que las mujeres en estado puerperal tuvieran una pena menor. Asimismo, resaltó que «el hecho marcó la necesidad de empezar a pensar la necesidad de que el aborto fuera legal en caso de violación».
El hecho indudablemente, también definió «un antes y un después» en relación a las denuncias de abusos sexuales por parte de las mujeres, pues, sucede que «no nos creen, nos plantean que somos las culpables social y judicialmente. Eso había que cambiar, ya que ninguna mujer con la crueldad que sufre cuando es violentada sexualmente se le va a ocurrir inventar algo así. Aparte, los abusos sexuales se pueden corroborar ya que en la psiquis queda el daño, y eso es lo que pudimos probar con Romina», afirmó.
En consecuencia, fue un antes y un después, para que las mujeres se animen a contar y denunciar los abusos y violencias que puedan haber sufrido.
En el mismo marco, la abogada habló sobre las críticas y conceptos en torno al sistema patriarcal judicial que empezaron a emerger, a partir del caso Romina Tejerina. Al respecto recordó: «en el 2003 se empezó a hablar sobre la opresión de la mujer. Públicamente se comenzó a poner en escena el rol que tienen las mujeres en la sociedad, es decir, aquellas ideas que concebían a la mujer como un objeto, el cual, el hombre tenía derecho de disponer sobre sus cuerpos».
Entre otros temas, hizo referencia a la actuación de la justicia y a su evolución, a partir de la decisión que condenó por 14 años a Tejerina. En ese sentido expresó «sin lugar a dudas cambió mucho, en especial en casos de violaciones porque hicimos público cada detalle las formas en que eran abordados. Era terrible cómo se hacían preguntas misóginas a los testigos sobre el caso».
No obstante, agregó que, aún permanecen ideas similares a la hora de investigar casos de violencia de género en general.
Por último, y en relación a lo expuesto comentó que, cuando las denunciantes son mujeres adultas o adolescentes «por más que se nos trate bien en la fiscalía, lo más probable es que el resultado sea la impunidad». Posteriormente, indicó que son ínfimas -o muy pocos- los casos en que se condenan por abuso sexual. En su mayoría, las causas que reciben pena son cuando las víctimas se tratan de las infancias. Por ello se plantea aún la falta de una justicia con perspectiva de género eficaz y real.
