Una triste realidad se vive en Libertador General San Martín por la creciente cantidad de personas que recurren al basural para alimentarse y en algunos casos para reciclar materiales para poder venderlos y de esta manera contar con algún ingreso para comprar alimentos.
Al respecto, José Leiva, referente de la CCC en Libertador General San Martín, expresó que “lamentablemente la brecha entre los que menos tienen y los que están más o menos cómodos se ha agrandado muchísimo y la gente que vivía en situación de pobreza pasó a situación de indigencia, y los que estaban en situación de indigencia ahora se encuentran en una forma de vida en extremo vulnerables”.
En ese sentido, destacó que “mucha de esa gente no encuentra otra forma de subsistir que es ir a la zona del San Lorenzo hacia atrás que ahí hay un basural. Esta gente no tiene otra forma de sobrevivir que no sea, en los mejores casos, reciclar material para la venta que pueden levantar en el basural”.
“La imagen se repite, hace varios años habíamos captado gente corriendo atrás de los camiones que van a tirar los desperdicios de carne, eso mucho no ha cambiado, ahora con la pandemia se ha profundizada mas todo eso”, añadió Leiva.
Ante esta problemática que viene creciendo, el dirigente subrayó que “lo que más nos preocupa es que no es una realidad que la viven personas mayores, hemos visto niños en ese lugar, niños que asisten a los comedores y que los días que no hay comedor se dedican a recorrer el basural. Es algo bastante duro de ver, pero es parte del paisaje que se ha establecido en Libertador desde hace mucho tiempo”.
Consultado por la ayuda que pueden brindar desde la organización social, Leiva señaló que “abrimos un merendero ahí en el lugar, Virgen de Fátima que lo abrió la juventud del barrio San Lorenzo, y el merendero Divino Niño amplió la matrícula, pero eso no resuelve lo estructural, resuelve la urgencia de una panza vacía de algunos días, pero el problema del basural no se resuelve. Suponemos con fundamentos efectivos que no habría voluntad política de resolver el tema”.
En tanto, Julio César Cazón, quien trabaja en el basural reciclando aluminio y plástico, relató que junta a veces entre 80 y 90 kilos por semana para luego vender, recaudando cerca de 2 mil pesos.
“Hay mucha gente trabajando en el lugar”, comentó.
