El pasado viernes el presidente recibió a referentes de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), momento que aprovechó para adelantarles que en pocos meses el aborto los tendrá en veredas opuestas.
Tal como lo había anunciado en campaña, el presidente Alberto Fernández impulsará un proyecto en 2020 en el Congreso para legalizar el aborto, aunque todavía no se sabe en qué fecha lo hará.
Si bien todavía no se hizo oficial este proyecto, el mandatario adelantó el pasado viernes 27, en un encuentro que mantuvo con referentes de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) para que sumaran a trabajar en el plan Argentina contra el Hambre, oportunidad en que les indicó que en pocos meses el aborto los tendrá en veredas opuestas.
“Voy a trabajar para que no haya más vidas perdidas. Pero no quiero que esto sea un debate de verdes y celestes, como si fuera River y Boca. Yo los respeto mucho porque tienen convicciones, pero no son dogmáticos” fue la expresión de Alberto Fernández ante el grupo de religiosos, a quienes diferenció de la postura de algunas corrientes del catolicismo.
Por su parte, Rubén Proietti, presidente de Aciera, aclaró “nosotros no hacemos política partidaria y no somos la derecha argentina. Nos hemos reunido con Macri, con Cristina Kirchner y ahora con usted”.
Asimismo, Aciera se preocupó el último mes por despegarse de los evangélicos que festejan algunas medidas de Jair Bolsonaro en Brasil o quedaron cerca del golpe de Estado que derrocó a Evo Morales en Bolivia, al que denostaron en un comunicado, más enfático que cualquier declaración que se haya conocido de otro credo local.
“Nuestro problema es que como no tenemos un papado nos adjudican cualquier cosa y nunca se termina de aclarar. (El líder cívico de la oposición boliviana Luis Fernando) Camacho es católico. Y sacar a un gobierno con las armas y mostrar la Biblia no tiene nada que ver con nuestros valores”, se defendió Proietti.
En lo referente a la temática del aborto, durante el encuentro con el presidente, desde el evangelismo sostuvieron que están dispuestos a colaborar en tareas de prevención de embarazos no deseados y enfermedades pero no avalarán el aborto ni la ley de educación sexual integral, que por su presión en las calles perdió estado parlamentario en diciembre.
En tanto, desde el gobierno consideran que tienen los votos necesarios, tanto en Diputados como en Senadores para que se termine convirtiendo en ley.
