Según lo estipulado por la Justicia, y en el marco de un acta firmada entre el Gobierno de Jujuy y la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu), en pocas semanas vence el plazo de 120 días establecidos para la realización de tareas de arqueología forense en la zona de Alto Padilla.
El trabajo es llevado adelante por un equipo de antropólogos de la Universidad Nacional de Jujuy, que mediante la investigación, no solo arqueológica, sino documental y etnográfica intentan determinar si en este predio perteneciente al Regimiento de Infantería de Montaña 20, que es un sitio de la Memoria, se encuentran restos de personas víctimas de la última dictadura cívico militar.
El Laboratorio de Investigación en Derechos Humanos y Procesos Sociales (LIDEPROJ) de la Universidad Nacional de Jujuy, se conformó como un grupo de estudio en 2017-2018, con especialistas de diversas áreas dentro del campo de la antropología.
«Lo hicimos a partir de la necesidad, ya que en Jujuy no había un equipo especializado en responder a estas problemáticas de organismos de Derechos Humanos y peritajes judiciales», explicó a UnjuRadio el responsable del Laboratorio Dr. Juan Pablo Ferreiro.
(Dr. Juan Pablo Ferreiro)
De este modo, «en primer lugar tuvimos contacto con el Juzgado Federal N°1 y 2, donde asistimos como peritos en inspecciones oculares» y, luego, «a pedido del juzgado comenzamos a trabajar en Guerrero», contó.
En el predio Alto Padilla comenzará la construcción de un complejo judicial anunciado por el Gobierno provincial. «El juzgado nos pidió trabajar en ese lugar» indico el especialista.
«Estamos articulados en tres grandes equipos, el primero trabaja en el campo con el relevamiento arqueológico, son los que llevan a cabo el relevamiento del territorio.
El segundo es el equipo de etnografía de campo, integrado por profesionales y estudiantes avanzados de antropología social, vinculados a hacer trabajo etnográfico y entrevistas, y el equipo de análisis documental, integrado por antropólogos sociales, que son quienes realizan las hipótesis de trabajo a los otros dos equipos».
La tarea encomendada por la Justicia, que responde al pedido de familiares de víctimas y organismos de Derechos Humanos, «es solicitada porque hay testimonios que confirman la existencia de eventos de detención, tortura y asesinato» y, además en estos predios, el 8 de julio de 1976, fueron hallados los restos de Dominga Álvarez de Scurta, luego enterrados como NN, hasta que en 1984 se logró su identificación después de la exhumación ordenada por la Justicia.
«Como en este predio se va a construir, la Justicia esta interesada en saber que ha ocurrido y que tipo de pruebas se pueden encontrar en ese lugar».
En este momento, el periodo de análisis de la zona esta casi al final del periodo convenido.
«Hemos tenido algunas complicaciones ya que el área sigue siendo utilizada para las tareas de entrenamiento militar , por lo que frecuentemente debemos abandonar el trabajo para preservarnos y al regresar no siempre la tarea está como la dejamos».
Esto va retrasando las actividades en la zona de construcción que incluye más de 30 hectáreas.
Además, según explicó el antropólogo, «no es posible entender la dinámica de esta zona sin tener en cuenta el resto del predio», y por este motivo, «luego de terminar esta zona, abordaremos el resto del predio y también vamos a hacer la supervisión de la obra y de las excavaciones cuando comience la construcción».
Si bien la información obtenida se encuentra en el marco de una resolución judicial y no puede darse a conocer, los científicos jujeños ya han recopilado datos que se encuentran en análisis de distintos tipos, como por ejemplo, análisis bioquímicos o de las imágenes de los drones que se utilizaron para el relevamiento del terreno.
Respecto a la zona arqueológica prehispánica presente en ese lugar, advirtió que se descubrió en la década del setenta y ya tuvo tres intervenciones.
«Esto ha sido informado tanto a la Justicia federal como al Estado provincial, y nuestra tarea fue constatar la existencia del sitio, relevar su extensión, señalar su ubicación, considerar su importancia, y analizar hipótesis de funcionamiento, ya que no somos un equipo de intervención arqueológica sino de peritaje judicial».
