Comenzó a regir hoy la suspensión por 30 días de la exportación de carne bovina luego de que el Ministerio de Agricultura la formalizara, a través de la resolución 75/2021.
En la misma se indica que regirá la suspensión de exportación hasta el 19 de junio próximo, con excepción de aquella que forma parte de cuotas con ventajas arancelarias, como la Hilton europea, y se aclara que la medida «podrá darse por concluida una vez que se verifique el normal abastecimiento» del producto y «a precios razonables».
Así se suspendió por el plazo de 30 días la aprobación de solicitudes de Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC) respecto de los productos cárnicos de origen bovino, y quedaron exceptuadas las mercaderías destinadas al consumo y que sean exportadas dentro de los contingentes arancelarios otorgados por terceros países a la Argentina, amparados por certificados de autenticidad y exportación.
Sobre este tema Unju Radio habló con Sergio Chouza economista y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) quién manifestó que “es un mal necesario” teniendo en cuenta la situación “anómala” del mercado de la carne.
Este mercado es “fundamental” en la canasta de consumo de los argentinos y el rubro carne “significa el 20 % del índice de inflación de la canasta básica”, aseguró.
Según explicó Chouza, el mercado cárnico “está funcionando mal” y con los años “más se desvía la venta final del consumo interno a la exportación”.
De esta forma, si bien nadie “soslaya” la importancia de la exportación, esta no puede “ir en contra del consumo interno”, en un insumo tan necesario.
“La medida es importante, es una medida para parar la pelota, ver el panorama y reordenar el funcionamiento del mercado y volver a abrir”.
Para esto es “necesario sentar a los distintos sectores” y ver cómo se pueden solucionar las distorsiones que, además de los precios internacionales, incluyen “la emergencia de nuevos actores exportadores en Argentina que nunca lo fueron y que aprovechan los dólares alternativos, sin liquidar las exportaciones de carne, sin ingresar las divisas y evadiendo impuestos”.
Aunque se “necesita el ingreso de dólares”, no es posible tener el consumo de carne “más bajo de los últimos 100 años”.
Para eso “cuando el mercado vuelva a abastecer el consumo interno a precios razonables, es importante promover el incremento del stock y darle condiciones macroeconómicas estables a los productores, a lo largo del tiempo, a través de políticas públicas”.
