Al estar próximos los días de celebraciones del carnaval, Gabriela Karasik antropóloga y docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, conversó con un UnjuRadio sobre las costumbres y tradiciones de esta festividad y reflexionó sobre el por qué resulta una aflicción para la población jujeña no poder festejar como usualmente se hacía antes del contexto pandémico.
El carnaval dentro de todos los eventos ceremoniales que se festejan en la provincia es el más importante, en ese sentido Karasik explicó que “una manera de entender por qué nos duele no poder carnavalear como antes, tiene que ver con que hay experiencias y prácticas de la comunidad en donde se actúa de una manera muy particular y que al mismo tiempo está atravesada por sentidos de pertenencia”. Sobre la misma línea, refirió a que esos momentos pasan por una planificación que vienen acompañas por memorias sedimentadas tanto del pasado y del presente “que nos desgarra como comunidad al no poder participar”. Asimismo, refirió a que las experiencias de grupos como las comparsas, familias o amigos y amigas, no se vivencian de forma aislada durante las celebraciones, sino que “todo ocurre en simultaneidad”, en otras palabras, todos los momentos se suceden en interconexión y que además, “tienen que ver con la experiencia colectiva, quizás idealizada de lo que llamamos ‘lo jujeño’”, indicó.
La antropóloga también explicó que Carnaval por definición tiene un componente “dionisiaco, es decir de encuentro y descontrol”. No obstante, enfatizó que tal término no es un defecto, sino que “es parte de la celebración, que tiene un significado más allá de lo que dicen las teorías de los libros. Tiene un sentido de experiencia, de desborde, de salir del tiempo de trabajo, de la tristeza y encontrarnos quizás en el alcohol, en la transgresión de las normas”. En ese sentido, trajo a coalición la experiencia de cómo se siente quien festeja e indicó que “no significa que nos transformemos en otra persona y no seamos nosotros y nosotras mismas, sino que es un momento donde somos alguien particular”. De manera que, frente a todo ese conjunto de experiencias, este año “vamos a estar privándonos de esos momentos tan significativos, por lo que queda un pedazo del carnaval que no se vivirá”, indicó.
Por último, Karasik planteó una distinción del “sufrimiento” explicando que será diferente tanto para las y los pobladores de la zona de la Quebrada, para las personas pertenecientes a otros departamentos de Jujuy y para los y las turistas. En este marco propuso que, si “pensamos en polos o dos extremos, por un lado, está la ‘conexión trascendente’ es decir la idea de compartir, de vivir el desentierro como un momento de fertilidad de la tierra como lo sienten los agricultores, por ejemplo; y del otro lado están quienes viven el carnaval pero como entretenimiento”. En este último caso, refirió al sector turístico donde quizás prime mas la cuestión comercial y consecuentemente, concluyó que “son experiencias totalmente distintas y en el caso de los y las jujeñas nos hace sentir que somos de acá, que nos otorga lazos identitarios”.
