Bolivia enfrenta una crisis ambiental sin precedentes debido a los intensos incendios forestales que azotan al país, afectando más de 3,8 millones de hectáreas en lo que va del año.
Esta situación crítica deja una profunda marca en el ecosistema y en la salud pública. Las densas humaredas han contaminado el aire, generando graves problemas de salud y deteriorando aún más los ya frágiles ecosistemas del país.
En respuesta a la crisis, el Gobierno boliviano declaró el estado de emergencia nacional el sábado debido a la magnitud de los incendios.
«No se puede ver a 100 metros de distancia», contó el periodista de Prensa Asociada Nacional de Bolivia, Mario Daza Castellón. Esto está afectando la actividad normal de las ciudades ya que «las medidas se tomaron muy tarde y se dejaron acumular los problemas».
«Bolivia está con una serie de incendios en varias regiones y son más de 1500 focos de incendios de los que 35 están fuertemente activos», informó.
Según el periodista «hasta el momento las ciudades más afectadas son el norte de La Paz, Santa Cruz y Pando», y, debido a que son varios frentes que sofocar «es difícil de controlar los incendios, que, en muchos casos, han sido provocados por la mano del hombre».
Por este motivo, la Fiscalía local ordenó que se inicien las investigaciones correspondientes.
Como consecuencia de estos incendios, además de los millones de hectáreas arrasadas, inclusive de zonas vírgenes, se cuenta la muerte de miles de animales, con la consecuente pérdida de biodiversidad, y la pérdida material de varias casas que fueron consumidas por el fuego.
«Estas familias no pudieron rescatar ningún bien y fueron trasladadas a centros de evacuación. Se han quedado sin nada», señaló.
«Esto no es la primera vez que le ocurre a Bolivia. Hay tres grupos que ponen en peligro a Bolivia y son quienes más quieren tener tierras y causan este tipo de desastre, como los cocaleros, los interculturales y los sintierra que son quienes activan los incendios», dijo el periodista recordando que «el tema de las tierras tiene muchos años y ya es un problema social», en ese país.
