Durante los últimos años, comedores, merenderos y organizaciones sociales empezaron a ocupar un lugar de protagonismo en la sociedad, sobre todo en los barrios populares.

Sin embargo, en los últimos meses la crisis golpea fuerte a los sectores más vulnerables y los merenderos no pueden brindar la ayuda que acostumbraban. 

Para miles de familias, la situación económica es crítica desde hace años y el aumento desmedido de los precios de los últimos meses, complicó aún más la situación haciendo que comer, sea casi imposible.

Sumado a esto aún no se normaliza el envío de alimentos para los comedores por parte del Gobierno nacional y la situación es cada vez más compleja.

UNJu Radio visitó el Pje Gerónimo Carrillo, ubicado a la vera del Arrollo Huaico Grande donde hace décadas se conformó un asentamiento que hoy recibe el apoyo de la organización social “Nuestra América” a través del merendero “Los Corazones”.

Daniela Jaled, referente de la organización dijo que es un espacio socio-comunitario donde brindan “clases de apoyo y cuentan con un ropero comunitario” también dijo que están construyendo un espacio socio-productivo de alimentos desde donde “dan la merienda y a veces, si nos da la plata, hacemos comida”.

Con respecto al financiamiento de la organización social dijo que “nosotros recibíamos alimentos de Nación (PLAN S.E.C.O.S) y desde que han cortado no estamos recibiendo, también hay otro programa que es de Naciones Unidas (U.N.D.P) que es el que se pudo sostener hasta el momento, pero el desfinanciamiento respecto a alimentos ha sido brutal en todo el país y hay momentos en los que no recibimos la mercadería y que no podemos funcionar y apelamos al bolsillo nuestro o pedir donaciones”.

Con respecto a la situación económica actual, la referente opinó que “desde que asumió el gobierno actual tuvimos más inflación que en los últimos ocho años” también dijo que “dos de cada tres niños son pobres” y agregó que “esta situación nos recordaba a la pandemia, donde no teníamos de donde sacar y entendemos que en ese momento fue una cuestión sanitaria y ahora es una política de estado, de desfinanciar. Este gobierno dijo que venía por la casta y resulta que terminamos siendo los más pobres”.

Jaled concluyó diciendo que en esta situación “estos espacios de organización comunitaria son importantísimos para sostenernos y bancar la olla, para ayudarnos entre vecinos”.

Por su parte, Mariela Calisaya, mamá a cargo del Merendero “Los Corazones” dijo que “atendemos entre cuarenta y sesenta personas que vienen a retirar” comida o merienda y cree “que se van con un plato y en la casa comen dos o tres en la familia y no alcanza”.

También habló a cerca de las limitaciones que encuentran para funcionar y dijo que por razones de financiamiento “esto funciona una vez a la semana pero antes funcionaba dos veces a la semana” y con respecto a la producción de alimentos dijo que tienen que «poner de nuestros bolsillos para poder comprar la garrafa”

Cuando habló de la situación del barrio dijo que “hay casas donde viven cinco o seis familias” y que cuando “viene la abuelita y pide para tres pero tiene a su marido, a sus nietos, a ella; y capaz que les da vergüenza pedir. Pero se les dá porque sabemos como están constituidas esas familias”.

En los comedores y merenderos no solamente se brinda alimento sino también talleres educativos y clases de apoyo para alumnos de primaria y secundaria.

Es el caso de Maria Caiguara, maestra, que comentó a UNJu Radio que “desde la pandemia hubo un atraso a nivel educativo porque los chicos (de primaria) pasaban de grado sin que completen el programa” lo que provocó que “tenga alumnos de tercer grado que no sabían leer ni escribir” y “niños de séptimo grado que no sabían las tablas, ni dividir por dos”

Destacó que acudir al merendero “facilita que los niños puedan tener una ayuda en el proceso educativo, cosa que no están consiguiendo desde las escuelas” y agregó al respecto que dichas instituciones “deberían brindar este apoyo a contra turno. Pero no se hace”.

También dijo que tiene alumnos “con problemas de aprendizaje” destacando que ese es el límite de la ayuda que se puede brindar desde el merendero y el comienzo de la responsabilidad de la escuela, dado que ella es maestra y “esos alumnos necesitan un psicopedagogo”.

La maestra enfatizó que esta problemática genera “que haya desinterés de parte de los padres, en mandar a los chicos al apoyo escolar, porque igual pasan de grado”.

Sobre la situación de los alumnos dijo que “se podría aprovechar la virtualidad” si sus alumnos tuvieran acceso a la misma pero dado el contexto de extrema pobreza, la misma es imposible y la presencialidad se hace necesaria.