El pasado miércoles científicos, becarios, personal de apoyo y estudiantes del Conicet, se congregaron para reclamar porque el organismo “se encuentra absolutamente paralizado y en estado crítico”.

El escenario en torno a las becas es, para la comunidad científica, especialmente preocupante. Tal como lo detalló en un comunicado días atrás la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT), las becas otorgadas por el CONICET “sirven de remuneración por el trabajo que realizan los profesionales en el marco de un proyecto científico al cual se dedican de forma exclusiva”.

Erica Cuyckens, investigadora del INECOA-UNJu, que tiene doble dependencia del CONICET y la Universidad Nacional de Jujuy, dialogó con UnjuRadio y explicó que la acción de la semana pasada en todo el país tuvo que ver, en principio, «con que no salían los resultados de las becas».

«Elegimos ese día porque había una reunión de Directorio. Cuando terminó salieron a dar los resultados de las becas, porque gente tenia que empezar a trabajar en abril no tenía idea si había salido o no», comentó.

Además, indicó que el organismo atraviesa otros problemas como «compañeros despedidos, la mayoría administrativos; la reducción en la cantidad de becas; el financiamiento de proyectos y el presupuesto congelado».

Debido a esta reducción de financiamiento «hay muchos investigadores que no saben si va a poder acceder a su lugar de trabajo o si van a tener las herramientas e insumos necesarios para llevar adelante sus investigaciones», dijo.

«Tampoco sabemos que va a pasar con los sueldos porque contamos con el presupuesto 2023», señaló y agregó que «hay una tendencia a empobrecer el organismo», que es lo mismo que «hacer que la gente se vaya».

Por último precisó que la próxima semana se realizará una nueva reunión de Directorio, por lo que los trabajadores del CONICET volverán a hacer presencia en las calles.