El contador y economista, Guillermo Sapag analizó los últimos avances en la reestructuración de la deuda teniendo en cuenta la nueva propuesta del gobierno argentino en referencia al canje de deuda a los acreedores externos y la extensión en el plazo de adhesión hasta el próximo 4 de agosto.

Al respecto el economista resaltó que “algunos diarios locales entienden que esta propuesta tiene tres incentivos y una amenaza el primer incentivo es que los bonos del 2005 y 2010 conocidos como bonos k se reemplazarían por otros en las mismas condiciones legales que estaban acordadas, esto tiene una intencionalidad de quebrar una cierta unidad entre grandes grupos porque algunos son bonos los conocidos como k y hay otros fondos que tienen otro tipo de bonos que son los M acordados con posterioridad al 2016, el segundo tiene que ver con los que aceptan si no se llega al mínimo de aprobación esto no se aplica entonces de alguna manera quienes en teoría antes aceptaban de inicio y si no había logro podían quedar en el medio ante una mejor propuesta, el tercero los bonistas que acepten van a cobrar más intereses y la amenaza es que aquellos que no acepten si se llega a lograr el porcentaje para la aceptación es que quedarían condenados a optar por títulos a mayor plazo por ejemplo para el 2046.
Posiblemente la discusión pueda dar para más, pero creo que lo que va está bien encaminado».


Sapag también hizo referencia a las medidas que tomó el gobierno nacional para recuperar la actividad en una economía golpeada por la pandemia, entre ellas anuncios respecto a la reactivación de obras públicas, nueva moratoria en la AFIP, cuyo proyecto lo deberá tratar en el congreso de la nación y la posibilidad de un salario universal ante el alto índice de desempleo.

«La obra en general es una de los factores más importantes de la reactivación de la economía por lo tanto hablar de obra pública es muy importante porque eso genera mayor actividad en todo aspecto y potencia otro tipo de emprendimientos industriales» dijo Sapag