Educadoras del Consejo de Pueblos Originarios Llankaj Maki que se desempeñan en jardines y guarderías comunitarias realizaron una protesta y permanencia pacífica en el Ministerio de Educación en calle Alvear. La decisión de su continuidad depende del titular de Políticas Socioeducativa.
Las educadoras comunitarias indígenas están hace dos meses sin cobrar sus salarios y, además, se rumorea que no les renovará el contrato.
La decisión parece ser netamente política, pertenecientes al Consejo de Pueblos Originarios Llankaj Maki, son las únicas educadoras que no cobraron por la labor que cumplen en jardines y guarderías comunitarias. El área de Educación Comunitaria depende de la Secretaría de Políticas Socioeducativas, cuyo titular es Julio Alarcón.
En un intento de justificar el atraso en el pago, desde el área les señalaron que se trataba de un problema en la presentación de proyectos o alguna documentación que estaba mal, sin embargo, las educadoras del espacio Llankaj Maki fueron las únicas que no cobraron nada.
Amanda Cruz, del Grupo Comunitario de Educadoras Indígenas, habló con Unjuradio 92. y dijo, «soy la coordinadora del año educativo, nuestras instituciones tienen como destinatarios a los pequeñitos, a los niños y estamos congregadas acá porque necesitamos una respuesta pronta sobre la continuidad de los cargos que venimos teniendo hace más de 15 años. Nos pidieron y nosotros hicimos las presentaciones formales administrativas correspondientes en tiempo y forma que corresponde a los proyectos y documentación. Hicimos toda esa presentación y se tuvo una instancia de diálogo con el Secretario de Políticas Socioeducativas, el 27 de marzo en lo cual el se comprometía al igual que la Directora de Educación Comunitaria a revisar los proyectos porque había un nuevo lineamiento que todavía no se ha bajado, que no sea compartido ni socializado con todas las educadoras comunitarias. Hicimos la presentaciones correspondientes dijeron que debíamos esperar y que le tengamos paciencia que no iban a dar una devolución pero lamentablemente aquí la paciencia no se ajusta a la necesidad porque la necesidad económica que tiene nuestras hermanas que son las docentes que sostienen una familia, tienen tienen gastos, tienen necesidades, tienen hijos que vestir, que dar de comer, que se tienen que trasladar y es una cuestión que ya se está se está vulnerando un derecho que es el trabajo y todas las necesidades que tenemos como personas, como seres humanos».
Además, Cruz contó, «trabajamos con niños de 45 días a 3 años, les brindamos la educación tanto intercultural bilingüe como la formal establecida por el sistema educativo. Tampoco descuidamos las cuestiones de necesidades, de higiene, salud y de alimentación de las guagüitas. Nosotros hemos logrado ese espacio, lo sostenemos, hemos generado el espacio pero aún así no se valora y no se reconoce el trabajo que se hace, que esto lo tendría que brindar el estado, tendría que estar contento de que se hace, que se trabaja y que no se está de brazos cruzados esperando que se nos resuelva».
Frente a este reclamo, cabe destacar que las educadoras se presentaron e hicieron una permanencia en las oficinas del área pertinente.
