En las últimas horas del día miércoles se conocía a nivel mundial la ofensiva armada de Rusia a puntos estratégicos militares en las grandes ciudades ucranianas, incluida Kiev su capital. Tras el ataque se registraron varias explosiones lo que provoco la muerte de civiles y decenas de heridos.
Además el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) anunció que la incursión militar de Rusia en Ucrania señaló que «cerca de 100.000 personas huyeron de sus hogares tras la invasión y miles buscan refugio en el extranjero».
Frente a esto, Vladímir Putin, afirmó que «no tenía otra opción» para defender a Rusia de las amenazas de seguridad.
En efecto, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, anunció que decidió romper las relaciones diplomáticas con Rusia y aseguró en una conferencia de prensa que «Ucrania se está defendiendo y no renunciará a su libertad e independencia.”
De tal modo que, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) exigieron a Rusia el cese de todas las operaciones militares en Ucrania y la retirada de sus tropas del territorio, a su vez responsabilizaron a Moscú de «este acto de agresión y de toda la destrucción y pérdida de vidas que causará».
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusó al líder ruso, Vladímir Putin, de lanzar un ataque «no provocado e injustificado» contra Ucrania y de apostar por una «guerra premeditada.»
Al mismo tiempo, mediante un comunicado oficial, la República Argentina expuso su postura respecto al enfrentamiento. La vocera presidencial Gabriela Cerruti planteó “la necesidad del pleno apego a todos los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas”.
El gobierno nacional argentino reitero el día de hoy su “firme rechazo al uso de la fuerza armada” y llamó a Rusia a cesar las acciones militares en Ucrania.
En este contexto, Daniel González, antropólogo y director de la editorial de la Universidad Nacional de Jujuy (EDIUNJu), dio su punto de vista en UNJuRadio sobre el conflicto y explicó de que forma influirá en Argentina y en el resto de los países de Latinoamérica.
Mencionó que le parece que “es una consecuencia lógica de una serie de decisiones estratégicas de Estados Unidos, que tiene que ver con una actualidad política de ese país”. Y recordó que, el mismo, “hace muchos años viene enfrentando a China y Rusia a la vez. A China porque tiene un gran poderío económico y financiero. Rusia tiene hidrocarburos y poderío nuclear”.
Aseguró que “en esta situación se suma la caída de Biden, que llegó con lo justo al gobierno y bajó sus expectativas de voto, al haber elecciones este año, una tensión bélica suele tener repercusiones favorables”.
Explicó que las repercusiones que puede tener este conflicto sobre Argentina y el resto de países latinoamericanos pueden ser dos. “Uno es inmediato, la suba del valor de las materias primas, las bolsas de valores son más volátiles, los productos como alimentos (granos y carnes), minerales como el oro y todo aquello que se pueda transportar de un lugar al otro del planeta, incrementarán sus precios”.
Subrayó que, “si esta tensión continua y sigue la escalada del conflicto volviendo a una época parecida a la guerra fría basada en bloques, creo que eso si se puede transportar a América Latina y ahí nosotros corremos serios peligros”.
Enfatizó que, “nuestros dirigentes tienen que tener en claro que América Latina tiene que ser un territorio de paz, alejado de esas tensiones geopolíticas que no son las nuestras. Tenemos nuestros problemas y nuestros gobernantes tienen que centrarse ahí y buscar posiciones comunes para evitar esta situación”.
Recalcó que cuando existen estas situaciones de conflictos “los que pierden son los pueblos y las víctimas son civiles”.
Afirmó que, “es evidente que Rusia no puede admitir pasivamente este escenario en el que un país fronterizo, tan cercanos sus principales ciudades, se transforme en miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)” ya que, en tal caso, “pueden haber bases norteamericanas, bases aéreas, plataformas de lanzamiento de misiles, estacionamiento de tropas”, en consecuencia “no pueden tener en frente una amenaza nuclear”.
Destacó que “esta es la misma situación que hace 60 años, pero a la inversa, en donde la ex Unión Soviética quiso instalar misiles en Cuba y Estados Unidos reaccionó frente a ello”.
