José Leiva, integrante de la C.C.C. de Libertador Gral. San Martín, en diálogo con Unjuradio 92.9 comentó como están trabajando desde el grupo «Ni un Pibe Menos por las Drogas» que en el mes de julio cumplen tres años consecutivos en prevención y acompañamiento en consumo problemático.
El grupo «Ni un Pibe Menos por las Drogas», hace tiempo viene realizando un trabajo a pulmón con el fin de ayudar a los jóvenes que se encuentran en situación de adicciones y consumo de sustancias. En el mes de julio se cumplen tres años consecutivos de llevar a los barrios más vulnerables prevención y acompañamiento.
Al respecto, José Leiva explicó que “hay jóvenes que se encuentran en situación de vulnerabilidad por falta de trabajo, posibilidad de poder estudiar alguna carrera terciaria o universitaria”.
Para brindar y llevar asistencia la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el movimiento “Ni un Pibe Menos por las Drogas” se articulan con otras instituciones como CEDRONAR y la Casa de la Mujer, entre otros.
Para ello, se desarrollan distintos programas en los cuales este grupo de jóvenes tienen participación desde la Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario “Creciendo Juntos”, en relación Leiva dijo que “a partir de esa institución han podido llevar a cabo el programa “Potenciar Acompañamiento” que hoy está incluyendo a más de 80 jóvenes, asistiendo con una ayuda económica y de otras maneras para evitar que caigan en el consumo”, con el fin último y único de que puedan salir de ese flagelo y que tengan un proyecto de vida lejos de las drogas.
“Tenemos un equipo interdisciplinario propio de dos psicólogas, dos trabajadoras sociales, estudiantes de ambas especialidades, docentes en distintos rubros, un enfermero, un acompañante terapéutico y un joven que es mediador, profesionales que se encargan de los pibes que se van sumando”, enfatizó.
José Leiva, analizó lo que para él considera la raíz de la problemática que es la “pobreza estructural”, explicó que “generalmente siempre va acompañada con situaciones que se ven cotidianamente y que afecta principalmente a la familia pero golpea a esa fuerza enorme que es la juventud, no poder estudiar, no tener un trabajo, tener familia de muy jóvenes, no tener donde vivir, acceso a la salud la dificultad genera muchas veces esta suerte de escapatorias que muchas veces llevan al consumo de drogas ilegales y de otras que son legales como el alcohol y el tabaquismo que con el tiempo terminan degenerando en situaciones que los llevan a muchos de ellos, no a todos a una parte a delinquir; armar esos conocidos grupos en las esquinas que después pueden llevar a enfrentamientos en estos barrios que los que conocemos la zona están en abandono en todos los sentidos”. Ante lo cual es importante la presencia de las organizaciones sociales en el corazón de esos barrios.
“La verdad que no damos a basto en la posibilidad de poder cubrir la gran cantidad de problemáticas que surgen el barrio, acudimos a algunas pero hay muchas otras más que no podemos darle bajo ningún punto de vista respuestas porque no somos el Estado, no tenemos los recursos para hacerlo, no tenemos medios y los recursos humanos suficientes. Sí las posibilidades de la oportunidad laboral en un programa como el Potenciar Trabajo o Potenciar Acompañamiento. Reclamamos una presencia más fuerte del Estado, no con un carácter agresivo sino con un carácter preventivo y que puedan trabajar de manera articulada con los que tienen presencia en el lugar, en este caso las organizaciones sociales que no solamente es la nuestra hay muchas otras que tienen sus distintos espacios como merenderos y comedores que bien podrían ser el eslabón que una a estos sectores olvidados con el Estado que primero que nada cuenta con los recursos y tiene la obligatoriedad de brindar mejores condiciones” aseveró.
“Mientras siga habiendo esa situación de extremo abandono y pobreza estructural en el lugar, esto va a ser una aspirina para un cáncer que tenemos en la sociedad generado por el sistema económico que es la pobreza”, lamentó.
Por último, habló sobre la contención en tiempos de pandemia, “hubo dos maneras: una de asistencia virtual a través del contacto telefónico y mensajes por WhatsApp demandado por esa persona y la familia; otra de manera directa con la psicóloga con quien fijaban turnos por día y horario. En casos que demandaban mayor atención se atendió en el gabinete que tiene de las C.A.C.S. por ser excepcionales”, concluyó.
