El 23 de agosto se conmemora que en 1812 el pueblo jujeño, liderado por el General Manuel Belgrano, emprendió una retirada heroica que resultó clave para la Independencia nacional, ya que permitió los triunfos en las batallas de Tucumán y Salta.
«Para comprender el Éxodo jujeño necesariamente tenemos que remontarnos a la Revolución de Mayo de 1810, que marcó la ruptura con el orden colonial imperante hasta ese entonces en el Virreinato del Río de la Plata», comentó Nicolás Hernández Aparicio, Doctor en Historia, y docente de la UNJU.
La declaración de este primer Gobierno Revolucionario «implicaba una defensa militar que debía hacerse ante las tropas del rey, que, una vez anoticiadas de lo que sucedía en Buenos Aires y la adhesión de las provincias del llamado interior, rápidamente decidieron contraatacar en una serie de escaramuzas que se inician primero al mando del brigadier Juan Manuel de Goyeneche para sofocar esta revuelta en el Río de la Plata».
En este marco, «las tropas realistas llegaron primero a la ciudad de Tupiza, lo cual derivó en que el Coronel Balcarce tuviera que hacerse presente en las provincias norteñas para contrarrestar la invasión».
«Esto es lo que inserta a Jujuy en la guerra revolucionaria. Las tropas afines a la Revolución son derrotadas en los campos de Huaqui por las tropas de Pío Tristán, lo que hace retroceder al Ejército Revolucionario hasta la provincia de Jujuy, y es lo que da lugar a que Pueyrredón reorganizara las Fuerzas Revolucionarias y se las entregara a Manuel Belgrano en la posta de Yatasto en marzo de 1812».
«Belgrano reorganiza las tropas, traslada el cuartel general a la ciudad de Jujuy y convierte al poblado de Humahuaca en la vanguardia para hacer frente a las tropas realistas».
La idea de Belgrano fue central. Aplicar la táctica conocida como “tierra arrasada”, que consiste en destruir todos aquellos recursos que puedan servirle al enemigo. Aquel hecho destacó la figura del General Belgrano por su gran determinación y liderazgo, así como también la valentía del pueblo jujeño para defender la patria. Finalmente, veinte días después del éxodo, y ya en tierra tucumana, el ejército del Norte, al mando del General, venció a los realistas.
Belgrano y su ejército derrotaron a los realistas en la batalla de Tucumán —la más importante en la Guerra de Independencia de la Argentina— y obligaron a las tropas enemigas a retroceder hacia el norte. De ese modo, los independentistas recuperaron el control de esa región, control que se hizo completo con una segunda victoria en la batalla de Salta.
