El economista Andrés Asiaín, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales «Scalabrini Ortiz», analizó las medidas que viene llevando adelante el Gobierno nacional y la situación de la economía argentina en la actualidad.
Inflación
«El esquema de la política de gobierno fue una brusca devaluación inicial, para después tratar de aguantar el valor del dólar a 2% por mes. Después de esta devaluación la inflación saltó muy fuerte y empezó a bajar lentamente, pero como el ministro Caputo no pudo traer dólares al país, la inflación le fue ganado al dólar poquito a poquito, y hoy el poder adquisitivo es igual al que había antes de la devaluación», explicó.
Por este motivo, aunque la inflación siga estabilizada en alrededor del 4%, «no hay plata en la calle, se implementan políticas de ajuste y las condiciones de vida se deterioran».
Además, como resultado de este proceso, «los grupos exportadores no liquidan la cosecha en tiempo y forma, entonces los operadores financieros comenzaron a oler devaluación», dijo y agregó que a la falta de dólares -«porque tampoco ingresaron operadores financieros»- se suman factores estacionales como el pago de aguinaldo y la compra de dólares ahorro.
«El punto más complicado hoy es que la gente se bancó la pérdida de ingresos por el salto inflacionario, los despidos, la situación económica muy mala, siempre pensando que era un sacrificio para lograr algo. El discurso de Milei se basó en esto y la gente estuvo dispuesta a restar calidad de vida, y, si ahora devalúa, la gente va a estallar», advirtió.
«Ahí se va a complicar la cuestión en términos políticos porque la sociedad está dispuesta a hacer sacrificios con un objetivo, si no se cumple te das cuenta que te están tomando el pelo, te están afanando», agregó.
Las provincias
Respecto a la situación de las provincias, el economista señaló que se incrementó la desigualdad en la distribución de la riqueza nacional, «que se reparte mediante la coparticipación, que se vio afectada por la recesión, la desfinanciación de la obra pública, la quita de otras transferencias, es decir, por el traspaso del ajuste».
En este sentido, detalló que las provincias del norte siempre fueron las más perjudicadas porque «después de que fueron las más desarrolladas del país, fueron saqueadas y todavía no se pueden recuperar», y recordó que muchos de los impuestos de actividades que se realizan en las provincias terminan pagándose en Buenos Aires, por ser sede de la mayoría de las empresas, aunque el valor se produzca en ellas.
Mercados y Bancos
«El plan de Caputo es siempre el mismo, devalúa al principio y aguanta el dólar, entonces la tasa de interés que paga cualquier inversión en dólares es elevada y con eso intenta tentar a fondos internacionales para que vengan y hagan la bicicleta financiera».
Ya durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando Caputo también era ministro, «lo intentó, pero no salió y tuvieron que tomar deuda; y cuando juntaron esos dólares recién vinieron a especular y se fueron cuando pusieron toda esa plata que se había pedido en el exterior».
Con el esquema actual «quiso hacer lo mismo», pero a diferencia de lo que pasó durante el gobierno de Juntos por el Cambio, «ahora a la Argentina nadie le presta porque el mismo Caputo la endeudó mucho cuando era ministro de Macri. Tomó deuda con privados y con el FMI que todavía Argentina no puede pagar», explicó.
Devaluación
Por este motivo, «nadie les presta y no pudo convencer a nadie para que ponga plata acá».
Además, el proceso inflacionario es más acelerado: «baja la inflación pero dura poco porque enseguida avanza el dólar. Este programa no tiene nafta (dólares) y por eso Sturzenegger le está serruchando el piso a Caputo».
«Sturzenegger significa devaluación, pero sacar a Caputo y devaluar es un costo político muy grande, se rompe el pacto con la sociedad que lo votó», sostuvo.
