El presidente Javier Milei encabezó una reunión de Gabinete de urgencia en la Casa de Gobierno que contó con la presencia de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y de los ministros del Gabinete nacional, con la excepción de Luis Petri, quien se encuentra de viaje en Dinamarca.
El Gobierno informó que la participación de cada ministro en la reunión de esta noche fue para brindar «detalles sobre las acciones de cada cartera» y remarcaron que el país «sigue atentamente los acontecimientos» ocurridos en Medio Oriente.
Durante la reunión estuvo presente el embajador israelí, Eyal Sela, quien puso al corriente al mandatario y sus ministros de lo ocurrido en su país en las últimas 48 horas, luego del ataque de Irán con drones y misiles.
Milei decidió crear un comité de crisis para realizar un seguimiento de la guerra entre Irán e Israel. En tal sentido, dio instrucciones para que la canciller Diana Mondino se ponga en contacto con representantes de Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia e Israel con el propósito de intercambiar información y eventualmente coordinar acciones.
De este modo, el presidente toma postura en detrimento de la larga tradición argentina como un país neutral, en un conflicto que además de sus características ideológicas y religiosas, «guarda un motivo o causa de origen geopolítico y económico», explicó la Dra. Stella Juste.
«Israel es el principal aliado de Estados Unidos en esa región, e Irán lo ve como enemigo porque es una república que surgió del derrocamiento de una monarquía apoyada por Estados Unidos y Reino Unido», dijo a UnjuRadio la analista.
El ataque efectuado por Irán se basó «en el uso de la legítima defensa en represalia del ataque a la embajada iraní en Damasco», lo que «levantó diferentes tipos de alarmas, aunque, por primera vez, EE.UU no apoyará una nueva incursión en Irán», comentó.
Respecto al posicionamiento de nuestro país, señaló que «es bastante controvertido», porque «en vez de llamar al cese del fuego y condenar las acciones de Irán, se decidió tomar una posición activa dentro del conflicto y alinearse a Israel».
«El presidente, además de su afinidad por la comunidad judía, tiene un motivo político que es la alianza y el giro del país en su política exterior hacia Estados Unidos», sostuvo y agregó que la participación del Embajador de Israel «sorprendió mucho porque en los comités de crisis se divulgan secretos de estado y datos de seguridad nacional muy sensibles a la seguridad y soberanía del país».
A esto hay que sumarle que finalmente la justicia argentina determinó, en un fallo histórico, que los atentados a la embajada de Israel, en 1992, y a la mutual judía de la AMIA, en 1994, fueron organizados por Irán y llevados a cabo por la organización terrorista Hezbollah.
«Esto hay que leerlo en términos geopolíticos y de seguridad regional porque estamos en momentos complejos frente a los grupos terroristas que si quisieran dar un golpe a modo de demostración de fuerza, el Estado argentino esta en una posición complicada».
«Lo coherente hubiera sido mantener una posición de neutralidad porque ahora estamos participando en un conflicto que no es nuestro, no tenemos intereses allí, y no estamos en condiciones de poner en vilo nuestra seguridad nacional».
Finalmente para la especialista este «es un nuevo error de política exterior» del Gobierno nacional.
