Este sábado 13 de mayo de 9 a 13 hs se realizará el “Seminario internacional sobre inclusión educativa en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA)”. En la oportunidad la disertación estará a cargo del Dr. José Luis Cuesta Gómez.
Está destinado al público en general y en particular a estudiantes, profesionales de la salud, docentes, acompañantes terapéuticos, familias de niños con TEA y profesionales interesados en la temática.
En diálogo con UNJu Radio, el Doctor José Luis Cuesta Gómez, docente en la Universidad de Burgos (España) invitó a participar del encuentro a realizarse este sábado 13 de mayo de 9 a 13 en el salón auditorio del Ministerio de Salud y se refirió a las principales dificultades que se presentan en el sistema educativo para las personas que padecen Trastornos del Espectro Autista.
Respecto a la capacitación expresó “hablaremos de autismo, pero desde una perspectiva un poco diferente porque generalmente uno se acerca al autismo y lee las definiciones y escucha charlas desde un punto de vista como muy clínico y lo que vamos a intentar es comprender el autismo más allá de las definiciones que a veces son complicadas de entender, vamos a intentar comprender como una persona con autismo ve el mundo, cómo aprende, cómo siente, cómo percibe, cómo se comunica y a partir de ahí es cuando los profesionales y las familias vamos a tener más facilidad para entender las conductas”.
Y agregó “cuando entendamos las conductas vamos a ver que la mayoría de ellas tienen un sentido y entonces podemos intervenir y centraremos toda esa visión fundamentalmente en dar claves para favorecer la inclusión de los niños y niñas en las escuelas”.
Para el experto, las principales barreras en las escuelas que encuentran las personas con autismo y sus familiares son las barreras académicas, sociales y comunicativas y las barreras a nivel sensorial. Además brindó algunas pautas para facilitar los procesos de enseñanza, aprendizaje y participación.
En este sentido explicó “por una parte son las barreras académicas, no es que no puedan seguir los contenidos de la escuela sino la forma en la que enseñamos y a partir de ahí hay metodologías para hacer los aprendizajes mucho más cercanos y más relacionados con las experiencias concretas de los niños y niñas, por otra parte las barreras sociales y comunicativas; la escuela es un entorno social donde cualquier niño aprende, pero es un entorno muy complicado y complejo, estamos hablando no solamente de la parte formal sino informal, los recreos para una persona con autismo pueden ser entornos muy caóticos por todo lo que supone de esfuerzo social y comunicativo, pero hay pautas para hacer los recreos mucho más accesibles y hay pautas para por ejemplo ubicar a los niños en los espacios en el aula donde puedan favorecer mejor su comprensión, para establecer los grupos de compañeros, para favorecer la comunicación y luego la tercera gran barrera estaría en el ámbito de lo sensorial por todo esa lluvia de estímulos que supone el contexto como es el escolar, también se pueden generar estrategias como es organizar el aula de una manera más predecible, eliminar todos aquellos aspectos sensoriales que puedan generar dispersión y así favorecer la atención”.
Respecto a la importancia de dar visibilidad al TEA destacó “antes el autismo era una discapacidad invisible, todavía hay que visibilizarla mucho más, ahora es más visible porque hay más personas con autismo, pero también porque se está trabajando mejor y cada vez los niños y niñas llegan a la escuela y a los entornos donde tienen que desarrollarse y vivir, hablamos de las escuelas, hablamos de la universidad, hablamos del trabajo, de los centros comerciales de los centros de ocio, pero queda por hacer”.
Para finalizar sostuvo “antes creo que muchos niños con autismo estaban en entornos muy segregados y todo el movimiento a favor de la inclusión con la Convención internacional sobre derechos de las personas con discapacidad nos ha roto la mirada afortunadamente a instituciones y a profesionales, ahora muchos niños se benefician de la inclusión, pero todavía queda mucho por hacer en España, en Argentina y en todos los contextos que conozco, todavía hay que trabajar más para abrir escuelas”.
Cuesta Gómez es profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Burgos, director de la cátedra Miradas por el Autismo y secretario Académico de la Escuela de Doctorado.
Se destaca en su extensa trayectoria su experiencia profesional en la Asociación Autismo Burgos, donde durante 20 años se desempeñó como director del Centro específico y, posteriormente, como director de los servicios para adultos con autismo. Además, ha sido presidente entre los años 2008 y 2014 de la Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI) y actualmente cumple funciones como codirector del curso de experto para jóvenes con discapacidad intelectual.
