La directora del nivel medio de la Escuela Superior de Danza “Norma Fontenla”, Verónica Vargas, en diálogo con UNJu Radio 92.9 denuncia daños ocasionados en esa institución a partir de trabajos en una obra particular contigua al edificio patrimonio histórico que a su vez ponen en riesgo la seguridad de toda la comunidad educativa. Además, refirió a las acciones posteriores que llevaron a cabo, en función de los daños ocasionados.
Sobre los inconvenientes causados por la obra, dijo: “el viernes 13 de agosto en el turno tarde, una empresa constructora particular de un terreno colindante a la institución procedió a realizar trabajos de arquitectura produciendo fisuras en las paredes de un aula de planta superior. El perjuicio en aquel momento fue el daño, el polvo y un importante ruido cuyas vibraciones impedían el dictado de clases teniendo en cuenta que las ventanas estaban abiertas por una cuestión de protocolo. Es entonces que la coordinadora solicitó al encargado de la obra el cese de las mismas, por lo menos en aquel entonces, pudiendo retomar su trabajo al día siguiente. Pese a ello, el encargado manifestó que tenían instrucciones de continuar hasta finalizar por lo que al día siguiente desmontaron el andamio transitorio que habían construido sobre la vereda de la escuela. No obstante, quedaron fisuras del lado de enfrente de la vereda como así también del lado de adentro”.
Asimismo, agregó: “las vibraciones fueron tan intensas que tanto preceptores como el personal del turno noche del profesorado tuvieron que trasladarse a otro sector ya que les impedía llevar a cabo su trabajo. Como consecuencia se desprendió el espejo de la pared ocasionando un potencial riesgo ante la rotura del mismo habiendo personas allí”.
En cuanto a las acciones posteriores en función de los daños ocasionados, sostuvo: “de inmediato se elevó esta información a las autoridades correspondientes solicitando que arbitren los medios necesarios para que los responsables puedan realizar un informe a partir del cual se habilite un espacio físico para poder seguir trabajando, ya que más allá de la responsabilidad civil que pesa sobre las autoridades, también hay una cuestión de resguardo físico de las personas de la institución. Por ende, trajimos un arquitecto para que nos asesore de forma particular más allá de que ya vinieron dos más para inspeccionar por parte de la rectora, informando la inexistencia de peligro alguno para poder desempeñar nuestras actividades salvo en los espacios fisurados hasta que se defina el informe técnico que nos habilite o no, a usar el mismo. También nos dijeron que el edificio en obras, no cuenta con un cartel donde se exhiba el expediente en trámite con la habilitación municipal correspondiente para poder llevar a cabo la demolición de dos terrenos contiguos ni el ingreso de maquinarias”.
Respecto al proyecto de obra, manifestó: “por otro lado, de manera informal se consiguió averiguar que aparentemente, se construiría un edificio con cochera subterránea lo cual constituye un peligro para la escuela que, al ser tan antigua, no sabemos que otros daños podría llegar a ocasionar la obra, teniendo en cuenta que concurren alumnos desde 6 años en adelante y, sumado a la apertura de nuevas carreras, nuestra alumna mayor tiene 52 años y la institución cuanta con un total de 650 niños, adolescentes y adultos más la matrícula del profesorado y del nivel medio”.
