Esta columna de cultura y espectáculo tiene como meta, llevar a los lectores y las lectoras de este diario, algunas de las diversas expresiones de la cultura de Jujuy, a través de charlas, entrevistas y comentarios.
En esta oportunidad, conversamos con Elena Bossi, escritora de narrativa y ensayo, docente de la Facultad de Humanidades de la Unju y también dramaturga y guionista de cine.
La charla se dio de manera virtual, ya que, encontrándonos en contexto de pandemia, la tecnología nos permite tener una larga conversación a través de mensajes de WhatsApp como lo fue en esta oportunidad.
Se planteó la mecánica de pregunta respuesta, y allí estábamos dos mujeres, hablando a través de un teléfono, mandándonos mensajes, en una conversación que duró varias horas, lo que permitió el ida y vuelta fluido, el pensar cada respuesta, mientras cada una de nosotras, dejaba transitar su día, en este devenir tecnológico.
Elena pisó suelo jujeño en 1980, pero se instaló definitivamente en 1982, en ese momento, deseosa y asombrada del teatro que podía disfrutar, se acercó a Damián Tito Guerra, y junto a Jorge Accame, escritor y dramaturgo, con quien estaba casada, comenzaron a escribir y colaborar en sus obras.
Se dedicó a la docencia en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Jujuy, dando la asignatura Teoría y Crítica Literaria durante mucho tiempo. En la actualidad, se dedica a dar cursos para postgrados de maestrías y doctorados.
Al escuchar su voz tan jovial y risueña en los mensajes, se puede percibir, la alegría con la que ejerce su tarea y la felicidad que le da el poder llevar adelante su vocación, que también es la dramaturgia.
Bossi escribió varias obras de teatro, como, por ejemplo: Papá; En los brazos de Alfredo Alcón (2008); Bailemos sobre las cenizas, Hamlet (2017); Swift (2020) y Lavanderas (2021), esta última se estrenó la semana pasada en una sala de nuestra capital y está protagonizada por las actrices jujeñas Andrea Bonutto y Cecilia Córdoba,
La charla virtual entre ambas siguió a un ritmo distendido mientras una taza de café humeaba en la cocina y un hermoso atardecer se dibujaba a través de la ventana. En ese contexto, Elena contó que en general su sistema de escritura teatral se construye primero a través del tema del que desean hablar las actrices, luego, en su cabeza, en los momentos de relax (por ejemplo tomando sol o en una pileta,) define la historia que va a contar, que en el caso de la obra “En los brazos…” que fue pedida por María del Carmen Echenique, el tema era la frustración y ella pensó en seguida en la frustración que sienten los padres y madres quienes a veces, intentan lograr que sus hijos cumplan sus expectativas, o realicen sus sueños no cumplidos. A partir de esta idea, y del difícil vínculo entre madre – hija, comienza a darle forma a la historia de la obra.
Explicó que la instancia de creación es puro pensamiento, el cual la acompaña hasta lograr definir la historia que le va a dar sentido a esa obra. Su sistema de trabajo es realizar entrevistas, charlar con amigos y amigas, buscar información, estudiar, nutrirse, llenarse de colores para volcarlos al texto. En esa oportunidad habló con mujeres que le relataron situaciones desopilantes entre madres e hijas, que, de tan terribles, resultaban cómicas, y con ese espíritu decidió escribir el texto.
Mientras lo minutos corrían, iban surgiendo las inquietudes, fue apareciendo la necesidad de saber cómo se siente ella una vez que se estrena una de sus obras, qué sentimientos la invaden. Con su buen humor Elena confesó que ella ve la obra, como una espectadora más, riéndose con los chistes como si no los conociera, vivenciando el espectáculo, sabiendo que ya no es suyo, sino del elenco que junto con la dirección, producción, música y escenografía construyen ese otro texto que es el que los espectadores disfrutan en el escenario.
Con “Lavanderas”, la mecánica de trabajo fue parecida, solo que la pandemia obligó a que la tecnología y las comunicaciones telefónicas reemplazaran a los encuentros personales, ella misma conversó con las lavanderas, investigó en sus dolores, sus carencias, sus soledades y desde allí pudo crear el texto y ante el reciente estreno, comentó que quedo satisfecha porque las lavanderas se sintieron identificadas. Para la autora, “eso es el premio, lo que esperaba, la prueba de fuego”
También se refirió a su trabajo con Rodolfo Pacheco, y en su relato se descubre una complicidad que construyó con el actor y también director, que logran que su trabajo sea diferente, como una danza, donde ella entrega parte del texto, él improvisa como actor y pone en escena como director y vuelve a ella, para ser revisado, en un ida y vuelta que se transforma en un dialogo enriquecedor.
Surgió también la inquietud sobre la diferencia entre escribir novelas o ensayos y obras de teatro y cine. Al respecto expresó que la soledad es la característica que está presente siempre en la escritura, pero las ficciones para el teatro como en el cine, tienen la promesa del grupo que las va a trabajar, y tener esa certeza, la acompaña de otra manera en el proceso de escritura.
Se refirió también con mucho entusiasmo a su experiencia como guionista de “Siervo ajeno” cuyo guion ganó un concurso del Incaa. El film fue dirigido por Blas Moreau y protagonizada por Germán de Silva y María del Carmen Echenique.
Tras una larga charla “virtual” con Elena quedé con ganas de conocer más sobre su vida y sus proyectos futuros, pero como todas las charlas a través de una plataforma de mensajería instantánea, lo instantáneo permanece en su cálida voz y su risa fresca. El mundo de Elena Bossi es muy rico, y en esta primera entrega, y disculpándome por no estar a la altura de su literatura, evocando su voz, nos despedimos, hasta la próxima columna.
Fotógrafa: Ra Heeduk
(Entrevista realizada por Patricia Lubel, Actriz, Docente teatral)
