Según un informe realizado en el sector de la salud, particularmente en el ámbito de las terapias intensivas, la mayoría del personal sanitario estaría padeciendo del llamado Síndrome de Burnout.
El Síndrome de Burnout o “del trabajador quemado” es un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral.
Para referirse al tema, la licenciada Cecilia Agüero, presidenta del Colegio de Psicólogos de Jujuy habló con UnjuRadio y expresó que los trabajadores de la salud que están en primera línea y en la línea de emergencias y urgencias son los que más padecen este síndrome porque sienten impotencia de no poder tener control de la situación.
Esta situación empieza a afectar su propio desempeño en el cual se sienten cansados, agotados, estresados y es ahí donde está el peligro porque están haciendo un sobreesfuerzo para obtener mejores resultados en su trabajo.
Las manifestaciones más comunes de este síndrome son: un desgaste físico crítico donde las personas sienten un cansancio muy difícil de sostener; un desgaste emocional; también empiezan a sentir que rinden menos en el trabajo; a algunas personas además les empieza a fallar la memoria y a tener déficit cognitivo.
La profesional manifestó que, a manera de prevención, se aconseja no trabajar tantas horas. “En el sistema de salud a veces tienen guardias de 12 horas y eso es insalubre”. Tampoco es lo adecuado para la memoria si es que se está trabajando en situación de alerta. “Se recomienda que sean pocas horas, por ejemplo, seis horas y hacer un recambio”.
Agüero subrayó que es importante que las personas aprendan a escuchar su cuerpo y cuando se sientan muy cansados tanto física como emocionalmente tiene que parar. Preguntar “qué es lo que nos está pasando es la clave”. Aprender a reconocer cuáles son los estresores del momento permite generar acciones de bienestar.
En este sentido, las mujeres padecen mucho estas situaciones porque tienen una sobrecarga en muchos sentidos. Tienen que lidiar con la casa, los hijos, el trabajo y ahora se suma la escuela también. Hacerse cargo de las cuestiones escolares de los hijos es un factor de muchísimo estrés para los padres porque sienten que no pueden con la situación porque no están preparados para ello.
“Cuando uno reconoce que no puede autorregular la situación por sí mismo debe pedir ayuda” indicó la licenciada. La ayuda psicológica es importante porque brinda las herramientas para aprender a autorregularse.
“La charla con el profesional es muy importante porque se puede poner en palabras lo que está sucediendo y el especialista tiene las herramientas para que las personas logren activarse y potenciarse con sus propios recursos” sostuvo Agüero.
