El referente de la Cámara de Empresas de Salud, Manuel Quintar, en diálogo con UNJu Radio 92.9 habló sobre la situación sanitaria en la provincia en el marco de la segunda ola de contagios por covid-19. En ese sentido, Quintar sostuvo que es necesario un testeo masivo para contener la expansión del virus. Además, refirió a la disponibilidad de camas, la vacunación de los trabajadores de la salud, las cifras reportadas y el comportamiento de obras sociales y medicina prepaga.
Respecto a la disponibilidad de camas, en el marco de esta pandemia, dijo: “luego de hacer un relevamiento en todas las instituciones privadas hay algunas que están al 30%, 40% o 50% y otras al 90% u 95%. Una vez que comienza la curva ascendente es bastante violenta la cantidad de internaciones ya que los contagios que se están produciendo hoy y demás recién los vamos a ver dentro de dos semanas así que creo que nos acercamos a una situación complicada”.
En cuanto a la vacunación de los trabajadores de la salud, manifestó: “en el caso de las clínicas grandes, la mayoría están vacunados pero el único problema es que a un gran porcentaje solo se aplicó una sola dosis y entendemos que, al ser personal esencial, debiera tener ambas dosis por lo que estamos realizando las gestiones necesarias para ello; lo mismo pasa con los abuelos de los geriátricos. Pese a ello, hubo casos de personas que, a pesar de haberse aplicado la segunda dosis de vacuna, contrajeron covid-19 pero corresponden a casos asintomáticos o muy leves”.
Sobre testeos en clínicas y sanatorios de la provincia, señaló: “si bien, esta es una enfermedad cuya solución es la vacuna, la prevención es el testeo. Pero el nivel y ritmo de ellos es muy bajo a nivel gubernamental por lo que fue una gran pelea que dimos el año pasado teniendo en cuenta que no existían los métodos de diagnósticos que existen hoy como testeos de antígenos rápidos que, a nosotros como clínicas y sanatorios, nos facilita de inmediato la tarea. Por ende, hoy el nivel de testeos en el sistema privado es altísimo ya que todas las personas que ingresan a instituciones de alta complejidad, se las testea incluso a familiares de pacientes para poder ingresar; más no así a nivel gubernamental donde solo se testea a personas que presentan síntomas. Creo que debemos multiplicar los testeos para contener y aislar a pacientes contagiados y evitar propagar la enfermedad”.
En relación a las cifras reportadas ¿qué pasa con aquellos que tienen los síntomas de la enfermedad y los llaman a aislarse?: “la definición de caso sospechoso o confirmado fue cambiando durante el tiempo. En el pico de la pandemia del año pasado, si presentabas un pequeño síntoma, te consideraban positivo y debías aislarte, sin embargo, lo que debiera de hacerse es testear e informar en el Sistema integrado de Información Sanitaria Argentina (SISA). Yo creo por supuesto que tenemos un subtesteo y a su vez una subcarga de todos los casos positivos, no obstante, solo se informan las cifras de pacientes con PCR positivo”.
Asimismo, según las olas de contagios, comentó: “tengo una visión particular sobre el tema ya que el año pasado reportaron más de 1200 muertos los cuales estimo que fueron más ya que esa cifra corresponde a 80 mil contagios y no a los 25 mil declarados. Por ende, en esta segunda ola la provincia habrá tenido por lo menos entre 70 y 80 mil contagios sumado a los vacunados, resultan con inmunidad solo algún grado de rebaño, lo cual quiere decir que el pico de la segunda ola será repentino y virulento porque sencillamente no nos estamos cuidando además de no tener médicos por estar totalmente cansados, si bien tenemos más experiencia en la pandemia, estamos debilitados en la parte humana”.
Por otro lado, en lo que refiere al proceso de atención de las obras sociales a sus afiliados, señaló: “en términos generales, a pesar de que hacen lo que pueden, están trabajando muy mal. Pero las prepagas que son los grandes ganadores de esta pandemia, el año pasado cuando la gente entró en pánico y mantuvo rigurosamente las cuotas al día, se dedicaron a hacer caja, no pagando los testeos PCR ni actualizando los valores a los médicos y la gente al retraerse y mantenerse encerrada en sus casas llevó a disminuir la taza de uso de clínicas, sanatorios y consultorios privados por estar menos expuesta a otro tipo de patologías. Entonces la ecuación final resultante fueron grandes luchas de los prestadores médicos por cobrar con valores del año pasado y cada vez que se habla de actualizar un valor, aunque sea un 10%, no quieren pagarla”.
