El Dr Jesús Riquelme Prieto, en diálogo con UNJuradio 92.9, dio algunas recomendaciones para que la gente entienda de qué se tratan los factores de riesgo, específicamente para la arteriosclerosis y la coronaria que pueden causar trombosis, infartos de miocardio, muchas secuelas y hasta la muerte. Así, manifestó que «no todo es covid, porque siguen existiendo factores de causa de morbilidad y mortalidad predominantes en el mundo como las causas cardiovasculares y el cáncer».
En primer lugar, se refirió a los factores de riesgo coronarios, resaltando el tabaquismo y la hipercolesterolemia que significa tener un colesterol alto, así como el estrés, o factores hereditarios de hipertensión. En tanto, indicó que los factores de riesgo modificables son los hábitos de vida, relacionados con el tipo de alimentación, la obesidad o el sobrepeso, el sedentarismo y el tabaquismo.
En relación al tabaquismo, sostuvo que es un veneno pero que hay buenas noticias para la gente que fuma y que quiere dejar de hacerlo y lo hace: “reducen su morbimortalidad en forma significativa al año y, al tiempo, igualan a una persona que nunca fumó. O sea que vale la pena intentarlo». Asimismo, dijo que las personas que están al lado de una persona que fuma, son fumadores pasivos que también sufren las consecuencias de la que está fumando.
Por otro lado, expresó que hay que consultar con un médico preventivamente para que chequee la presión arterial y que examine cómo late y funciona nuestro corazón y si tenemos algún síntoma, como ser la hinchazón de los tobillos, o si se acumula líquido al final de la pierna o en la parte dorsal de la espalda. Con una simple revisación se pueden solicitar estudios complementarios y detectar a tiempo una patología.
Prieto destacó además que hoy la medicina está en condiciones de detectar 20 años antes las lesiones arterioescleróticas: las placas arterioescleróticas que se forman en las arterias se pueden detectar y determinar (si son duras, blandas, cálcicas, lipídicas, etc.), a través de biomarcadores o de lo que se llama el VOP (velocidad de ondas de pulso). Es un método por el que se puede solicitar y determinar valores para intensificar el tratamiento farmacológico y no farmacológico dirigido a evitar el infarto.
Asimismo, puntualizó que “todo comienza con la inflamación vascular, el estrés oxidativo y la lesión o disfunción endotelial, culminando con la activación plaquetaria, que sería el evento final que se llama ruptura de placa, que es la que produce la trombosis y la isquemia y la muerte del tejido, ya sea del cerebro (ACV) con sus secuelas que serían la parálisis de la mitad de una persona o la de un brazo o una pierna, así como una persona que deja de hablar o que pierde el conocimiento, entra en coma y se muere. Lo mismo sucede a nivel coronario. La falta de irrigación del tejido cardíaco se traduce en dolor”.
Por último, el doctor Prieto advirtió que a partir de los 30 años la arteria comienza a ponerse rígida o a endurecerse por lo que subrayó que “la verdadera edad de una persona no es la biológica ni la cronológica sino la de sus arterias”. Y enfatizó en la elementalidad de tener un médico de cabecera, salir a caminar, correr o jugar a la pelota al aire libre, ya que, al hacer ejercicio físico, mejoramos el aspecto físico y el anímico, rejuvenecemos y abrimos nuevos canales sanguíneos o revascularizamos nuestro organismo. “Antes se decía que las neuronas no se reemplazaban. Sin embargo, hoy se habla de neuro plasticidad, o sea que una persona puede volver a regenerar neuronas, pero hay que darle la oportunidad. Si una persona sigue en apatía, comiendo mal, en estado depresivo, sedentario, estresado, no quiere estudiar, no se ríe nunca, sigue fumando y es gordo, tiene un enorme factor de riesgo para la salud”, concluyó.
