Los rectores del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) iniciaron, en una declaración resuelta en forma conjunta hace dos semanas, una campaña de adhesión expresando que, ante el contexto de desigualdad de los países, «es imperiosa la necesidad de que las patentes de las vacunas contra el Covid-19 sean liberadas para garantizar su producción y el suministro en las cantidades de dosis que el mundo entero requiere para combatir la pandemia que, desde hace un año y medio, azota a la humanidad».
En ese marco, el CIN considera que, en tiempos excepcionales de emergencia sanitaria global como estamos viviendo, las vacunas deberían ser consideradas «no como un bien de consumo sujetas a las especulaciones y a los beneficios de enriquecimiento ilimitado de las empresas farmacéuticas, sino un servicio público para salvar vidas. Los expertos señalan que, para detener la pandemia, se requiere una respuesta global que abarque la vacunación masiva en el conjunto de los países».
Por ello, dicho Consejo argumentó que un número significativo de miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y organizaciones internacionales de la sociedad civil abogan por la suspensión temporaria de la implementación, aplicación y cumplimiento de determinadas obligaciones de propiedad intelectual, incluyendo temas de patentes vinculadas con la Covid-19, mientras que los países industrializados bloquean esta posibilidad.
Según el CIN, este reclamo se torna más urgente al observar «el obsceno nivel de concentración de vacunas por parte de los países más ricos, producidas por unos pocos laboratorios privados que exceden en volumen al doble o al triple que demandan sus poblaciones. Esto resulta inaceptable en tanto cientos de otros países se encuentran imposibilitados, legal y técnicamente, de acceder a producir sus propias vacunas. De acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de febrero del 2021, el 75 por ciento de las vacunas estaban concentrados en solo diez países, lo que muestra la magnitud de esta situación de salud pública».
Por otro lado, los rectores destacaron que las renovadas advertencias de nuevas olas de contagios revelan, «no sólo una continua amenaza, sino que exigen no permitir que la solidaridad entre los pueblos quede relegada a la especulación de negocios multimillonarios en desmedro de la vida humana como valor supremo».
Por último, desde las universidades públicas de Argentina, apelaron a los consejos, asociaciones y redes universitarias de América Latina y el Caribe a acompañar este reclamo y ratificaron el compromiso del sistema universitario con la solución de esta crisis de salud pública global, que afecta, principalmente, a los países más pobres. «Esto nos exige acentuar los caminos de la solidaridad y la cooperación entre las naciones, además de impulsar el desarrollo soberano y colaborativo del conocimiento abierto para el buen vivir de nuestras comunidades», concluyeron.
El problema de la disponibilidad de las vacunas
En consonancia con la declaración del CIN, cabe rescatar la opinión del experto en el tema, Humberto Debat, virólogo e investigador del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) en Córdoba e integrante del «Proyecto País» (Proyecto Argentino Interinstitucional de genómica de SARS-CoV2). Su trabajo allí genera información de utilidad en la lucha contra el coronavirus.
En el transcurso de la pandemia, y en diálogo con UNJuradio 92.9, el investigador repudió la distribución asimétrica y desigual de la vacunación explicando que «el problema de la disponibilidad de las vacunas es una discusión internacional, donde se ve que un puñado de países generaron compras por un número mucho mayor de dosis de las necesarias para toda su población y que, aproximadamente sólo 10 han aplicado el 75% de todas las dosis aplicadas en el planeta».
Debat denunció también que «esa distribución asimétrica y desigual es un escándalo internacional. Hay casi 100 países con poblaciones vulnerables en los que no se ha aplicado ni una sola dosis de vacuna, y eso debería ser un escándalo de tapa de los diarios. No puede ser que en un continente como África haya apenas unos pocos millones de vacunas aplicadas, en una de las poblaciones más abundantes y vulnerables del mundo».
De ese modo, el experto estimó que estamos en un proceso en el cual se está yendo demasiado lento, por lo que resaltó que pensaban que una porción más significativa de la población vulnerable estaría protegida en este momento y que esperan que las empresas empiecen a cumplir con los plazos en los que se comprometieron por contrato. En tanto, señaló que vemos 3 ó 4 países que han tenido campañas de vacunación súper exitosas, con grandes números de vacunación: «Israel, EEUU o, a nivel regional, Chile. Y nos olvidamos de tantos países que no han podido aplicar ni una dosis».
En ese panorama de disponibilidad, el consejo del biólogo Humberto Debat fue protegerse de una enfermedad que ya se llevó millones de personas en este mundo y afirmó que ha habido una campaña de desinformación muy extensa que tiene que ver con diferentes intereses, entre distintos aspectos de la economía que chocan con las políticas de restricción. y aseveró que «si se comunicara más la cantidad de millones de muertes de personas en lo que va de la pandemia, y si le diéramos más importancia a los números macro, sería más importante para la población entender la preocupación que tenemos los investigadores sobre este virus».
