Jorge Fusaro, médico de Familias que trabaja en el equipo de Atención Primaria de la Salud (APS), en el área de Giras Médicas Rurales a cargo del doctor Marcelino Zambrano; y también en la terapia intensiva del Hospital San Roque, en comunicación con Unju Radio se refirió al recorrido que realizan por zonas rurales de la provincia para atender a familias de la puna y a la situación sanitaria de la región.
Estas giras Médicas rurales se realizan dos veces al año, principalmente, a los cerros ubicados alrededor del Cerro Chañi. El último recorrido se realizó al Paraje Molina. El profesional señaló que “estuvimos cinco días atendiendo. Fuimos caminando por momentos y a mula en otros momentos, desde León hasta las cercanías del Cerro Chañi”.
Mientras realizan el recorrido, los integrantes del equipo van atendiendo a las personas que viven en los distintos parajes, la mayoría de ellos están bastante alejados. Son casas que no cuentan con luz eléctrica ni red de agua potable, en muchos casos ni siquiera tienen garrafa y tienen que cocinar con leña. “Es una experiencia muy linda. A mí me encante lo que es la vida en el campo y la atención rural” expresó Fusaro.
El equipo que realiza las giras médicas rurales está compuesto por varias personas: el supervisor del área, Marcelino Zambrano, que programa estas giras médicas hace 38 años y conoce a todos los pacientes y personas que vive en el lugar; el agente sanitario Santos Ramos, que nació en uno de los pueblos de la zona, en La Encrucijada, y que trabaja con la gente del lugar en la parte asistencial; también fue parte del equipo, Benjamín, un joven de 22 años, estudiante de gastronomía que hizo de baquiano y encargado de los animales. Parte fundamental de equipo para poder llegar al lugar.
En lo que respecta a la planificación, el médico rural manifestó que por lo general se reúnen con anticipación y van estudiando la lista de gente que hay en la zona, qué enfermedades crónicas tienen, si hay mujeres en edad fértil, si hay algún medicamento específico que tome alguno de los pobladores para llevarle o si hay algún estudio que realizar, dentro de los que se pueden hacer en los domicilios.
En cuanto la atención, tiene que ser lo más integral posible y hacer una revisación completa. “Hacemos un buen interrogatorio para ver si tuvieron algún síntoma. Esta vez nos enfocamos en los síntomas respiratorios que tienen que ver con el Coronavirus. Por suerte no detectamos ningún caso sospechoso” observó Fusaro.
Además se refuerza la atención entregando turnos protegidos para laboratorios de análisis y para realizar consultas con algún especialista en caso de que los pobladores puedan llegarse hasta la ciudad.
Al ser consultado por la situación sanitaria de la zona, el entrevistado indicó que “por lo general nos encontramos mayormente con gente que goza de muy buena salud. Ellos tienen muy buena alimentación, lejos de los procesados a que estamos acostumbrados en la ciudad. Se alimentan con lo que les da la tierra ya que tienen su huerta y comen la carne de sus animales y toman mucha agua”.
Sostuvo que no encontraron problemas de salud graves en esta gira pero sí hay problemas desde la parte social. Hay adultos mayores que viven solos y que les cuesta salir a ver sus animales, su hacienda, o les cuesta bajar a buscar agua o juntar leña. “Son problemas más sociales que lo que tiene que ver más estrictamente con la salud del cuerpo”.
Jorge Fusaro aseguró que “Hacer las giras médicas rurales es algo que yo elegí. Cuando estoy en el campo puedo trabajar hasta las doce de la noche y vuelvo a casa súper feliz”.
