El investigador adjunto del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), Ramiro Quintá, en el Laboratorio de Medicina Experimental “Dr. Jorge Toblli” del Hospital Alemán, planteó un trabajo de aproximación terapéutica experimental para restablecer la función motora tras una lesión completa de médula espinal, a partir de un modelo animal. Este estudio fue publicado en Journal of Neurotrauma, la revista de la National Neurotrauma Society de los Estados Unidos y la International Neurotrauma Society.
El investigador afirmó lo siguiente: “lo que hice fue probar qué ocurre si a una rata parapléjica con un seccionamiento completo de la medula espinal a nivel torácico le administramos exógenamente una proteína llamada Netrina-1 en el epicentro de la lesión, y lo que observé es que el animal recupera su activad locomotora voluntaria tras regenerar sus axones a través de la lesión y restablecer las conexiones neuronales por encima y por debajo de la misma”.
Según lo que explicó Quintá, en la etapa embrionaria, la Netrina-1 es la molécula responsable de guiar el crecimiento del llamado tracto corticoespinal durante el desarrollo del sistema nervioso central, encargándose de conducir la correcta conexión de los axones que gobiernan el movimiento voluntario, permitiendo que, “durante la niñez y adultez, una persona pueda realizar cualquier actividad locomotora fina y precisa. En personas que tienen mutado el gen que codifica para la proteína Netrina-1, falla la correcta conexión del cableado neuronal y se genera una patología conocida como ‘movimientos anormales en espejo’”, expuso el investigador.
De acuerdo a esto, el importante rol que cumple la Netrina-1 durante el desarrollo del sistema nervioso central, fue lo que llevó a Quintá a indagar si administrando esta molécula en gran cantidad y de manera exógena luego de una lesión espinal, crecerían los axones que gobiernan el movimiento voluntario, y se repararía la actividad locomotora. La hipótesis planteada fue probada con éxito en ratas.
Para desarrollar su hipótesis, usó una técnica avanzada de microscopia, en conjunción con técnicas de microcirugía, y obtuvo imágenes tridimensionales de los fenómenos de reconexión ocurridos luego de la lesión espinal y administración de Netrina-1.
Quintá realizó un segundo ensayo para confirmar que el modelo animal recuperaba su actividad locomotora a través de la zona lesionada, que consitía en tomar una rata que recuperó el movimiento voluntario tras la administración de Netrina-1, repitiendo sobre ella el experimento.
Aseguró que si en el nuevo caso el animal no pierde su actividad locomotora, significa que dicha actividad es un reflejo, pero que si vuelve a perderse, quiere decir que se cortaron nuevamente los axones regenerados. “Como resultado, ocurre lo segundo, lo que demuestra que la recuperación de la locomoción, tras la administración de Netrina-1, se debe a que hubo una regeneración sitio-específica de los axiones y un establecimiento de la re-conexión neuronal”, explicó.
Esta información prueba en su conjunto, que la recuperación significativa del movimiento locomotor voluntario, observado en ratas tratadas con Netrina-1, se debió a una regeneración-reconexión y preservación neuronal a nivel central y periférico.
El investigador subrayó que falta atravesar muchos estadios para que el tratamiento sea aplicado en humanos, aunque ese es el objetivo de su investigación. “Es importante recalcar que, si bien esta terapia experimental fue probada con éxito, por ahora solo fue aplicada en modelos animales. El próximo paso sería poder realizar las pruebas de toxicidad también en animales”, relató Quintá.
Lesiones medulares
Según la Organización Mundial de la salud, estas lesionas pueden generar la pérdida parcial o completa de la sensibilidad o control motor en brazos, piernas, o en todo el cuerpo, llegando a afectar, en los casos más graves, los sistemas de regulación del intestino, vejiga, respiración, ritmo cardíaco y tensión arterial. Se calcula que en el mundo entre 250 mil y 500 mil personas sufren lesiones medulares anualmente, aunque no existen evaluaciones fiables. En más del 90% de los casos, tienen origen traumático, el porcentaje de etología tumoral es mucho más bajo.
Cuando la medula espinal se lesiona completamente, se produce una desconexión total entre las neuronas y sus objetivos por debajo y sobre el sitio de la lesión, lo que ocasiona una pérdida en el control voluntario del cuerpo, debido a que se cortan los axones (prolongaciones neuronales cuya función es conducir el impulso nervioso) que transmiten información desde el sistema nervioso central hacia los músculos. Esta situación se agrava cuando el recrecimiento espontáneo de los axones seccionados sale mal, y no se produce la reconexión neuronal.
En algunos casos se ha demostrado que se puede promover un grado de recuperación locomotora a través de fisioterapia, pero esto depende del tipo de lesión y el nivel de conservación del tejido neuronal en la medula espinal. Esta es la razón por la cual resulta importante desarrollar terapias que permitan el recrecimiento axonal, y la reconexión neuronal, que permitan recuperar la locomoción en aquellas personas que la han perdido como consecuencia de una lesión medular.
Fuente: CONICET
