Viviana Maza, de la Fundación Hablemos de Autismo, comentó en UNJu Radio 92.9 sobre el impacto negativo que provoca en los chicos con autismo cortar la concurrencia a clases presenciales para volver a la modalidad virtual.
Ante las posibles medidas de restricción que puedan ser anunciadas por el gobierno provincial con el objetivo de frenar la ola de contagios por el Covid-19, se contempla la posibilidad de volver a la enseñanza bajo la modalidad virtual, es por ello que Viviana Maza sostuvo que esto resultaría tremendo en la mayoría de los casos de los chicos con autismo porque tienen grandes dificultades en la interacción social.
Asimismo, expresó que “la virtualidad a veces no nos ayuda, volver para un chico con autismo realmente puede provocar una desregulación grande, un retroceso. Lo hemos vivido el año pasado en muchísimas familias porque no solo se fue a la virtualidad en el aspecto educacional sino que se cortaron todas las terapias que para nuestros chicos son fundamentales”. En ese sentido, insistió que la terapia de manera virtual para la mayoría de las personas con autismo fue difícil y en muchos casos nulo.
“Nosotros lo que tenemos que trabajar es el vínculo con la otra persona porque es donde está más afectado el trastorno y muchos tienen este interés restringido que es parte de su condición, entonces pretender que un chico esté sentado quieto frente a una computadora y preste atención es realmente una misión imposible. Nos aterra el solo pensar volver a la virtualidad porque son todas comunicaciones negativas desde lo terapéutico y lo educacional”.
Aún más, dijo que para varias familias prácticamente se perdió todo un año, no se avanzó y tuvieron la sensación de estar estancados porque eso los afectó, “chicos que han retrocedido, que han tenido dificultades conductuales porque tienen muchas desregulaciones, crisis, ataques de pánico, de ansiedad, es decir, que se agudiza todo el cuadro y aparecieron incluso otras patologías y trastornos obsesivos compulsivos, entonces es muy complejo el tema”, lamentó Maza.
Los chicos con autismo se caracterizan por ser rutinarios, metódicos, personas estructuradas que tienen resistencia al cambio y por eso Viviana hizo hincapié en la necesidad de trabajar con estas estructuras, estas rutinas que a ellos los hace sentir cómodos y seguros, “hay que trabajar con las familias para poder afrontar esto el día a día, desarrollar pictogramas, agendas sociales pero lo otro que no podemos manejar dentro de la casa es el tema de las terapias y las escuelas”.
Para último, se refirió a los protocolos de bioseguridad implementados para preservar la salud de sus asistentes destacando que en general los chicos acatan las órdenes son muy metódicos en el uso del barbijo y del alcohol, “yo creo que somos los adultos los que nos resistimos más a los protocolos”. Consideró que cerrar las escuelas serían medidas muy drásticas para ellos, preferirían que no se volviera a implementar porque necesitan de las terapias y el contacto con sus pares en la escolaridad y no a través de una pantalla, “la verdad que no suma sino que resta” finalizó.
