Marisel Rojas, Psicóloga Social que trabajó con migrantes refugiados y comunidades indígenas en la selva, dialogó con UNJuradio 92.9 y se refirió a la atención que deben tener los niños en situación de emergencia. Además, dejó a la comunidad el desafío de “actuar con lo poco o mucho que tengo y, así, hacer algo por la sociedad.”
En primer lugar, manifestó que su vocación de servicio implica ayudar, con ganas y disposición, a personas muy necesitadas, ante situaciones duras. En ese sentido, puso como ejemplo a los refugiados. Quienes siguen saliendo, de manera ilegal, de diferentes países, aunque las fronteras están cerradas: “he visto llegar niños y familias completas caminando, cruzando todo Venezuela y Colombia, hasta llegar a Ecuador. Nunca vi personas con los pies tan lastimados. Recuerdo haber visto a un papá llegar con un hueco en el talón. Ante eso, le dije a mi esposo que debíamos hacer algo por ellos. Así, comenzamos a llevarles abrigo y algo caliente para comer. Esa necesidad cotidiana es la que a una la mueve. El tema es qué hago con lo que veo. Esas situaciones deben llevarnos, no sólo a tenerles lástima, sino también a actuar con lo que tengo en mi casa y está a mi alcance” enfatizó.
Por otro lado, la especialista comentó que están trabajando en un hogar de niños, como padres sustitutos de 6 hermanitos y una nena más. Ellos, si bien tienen progenitores, sufrieron tanto abandono físico y emocional, que no sabían expresar sus sentimientos, porque sus emociones y deseos estaban totalmente anulados. Expresó que la mayor, que tiene 13 años, aprendió a leer en 6to grado, gracias a una maestra muy dedicada. «Cuando la encontramos, no sabía que se podía soñar. Ahora su psicóloga dijo que la nota muy cambiada porque ahora ella tiene un proyecto de vida. Quiere estudiar y proyecta formar una familia. Y eso es lo que queremos lograr en ellos. Que tengan esa capacidad de soñar y de sentir que se puede salir adelante, a pesar de la situación difícil que pasaron. Queremos motivarlos, porque ellos tienen un valor, una identidad y una esperanza,” explicó.
En relación al caso M, Rojas sostuvo que es una imagen de cómo están los niños en nuestro país desde hace mucho tiempo. Cree que el mismo se puede relacionar con el tema de la adopción ya que “quizás esa señora no está preparada para ser mamá y hay personas que tienen la intención de adoptar niños. Una de las formas de involucrarnos en la niñez con necesidad es acogerlos por un tiempo o postularse para ser padres adoptivos. No es fácil, pero se puede.” En tanto, enunció que es una forma de ayudar a los niños en riesgo. Y agregó que lo ideal es adoptar a todos los hermanos para que no se rompa el vínculo familiar, porque siempre se busca su bienestar, contemplando su derecho a estar juntos y haciéndoles conocer su identidad.
Por último, la licenciada expresó que, si bien en Argentina siempre se busca que los niños vuelvan con sus padres, en su caso, éstos no se pueden hacer cargo debido a sus adicciones. Si el Estado ve que la situación no cambia, se decide que los niños pasen al sistema de adopción. Asimismo, cuando hay abuso, se recomienda que no tenga más contacto con el abusador. Y añadió que la capacidad del hogar en el que trabajan atendiendo esas problemáticas es amplia: “tenemos aproximadamente 25 chicos, todos judicializados,” finalizó.
Cabe destacar que la situación de niños en emergencia se ve agravada, no sólo a nivel local, sino también en nuestro país y en el mundo, por la afectación de la pandemia, que ha elevado los números de pobreza e indigencia que golpean especialmente a las poblaciones más vulnerables.
