La Licenciada en Nutrición Alejandra Fugaza en su habitual columna de los jueves, dialogó con UNJu Radio 92.9 sobre la importancia de reforzar las defensas en los niños para prevenir alergias y enfermedades.
Las frutas y verduras son la base para levantar las defensas y deben incorporarse en la alimentación. La licenciada Fugaza señaló que “una manera de incorporar un hábito nuevo es anteponerlo a algo que se sabe que va a pasar. Si los chicos toman mate, antes que se coman un pedazo de manzana, de naranja, y después su mate”.
La levadura nutricional o levadura de cerveza es otra fuente para subir las defensas. Es un complejo que tiene todas las vitaminas del grupo B, fibras, proteínas y con sabor natural. Se la puede agregar a la infusión que toman los niños, a las frutas, a un licuado, o espolvorear sobre las comidas.
Otra forma de subir las defensas es con espirulina, un alga que contiene mucho hierro. Puede incluirse en batidos verdes o jugo de naranja. Es muy buena también para las mujeres que pierden mucho hierro.
Los brotes son otra fuente de proteína importante: brotes de soja, de lenteja, de alfalfa. Se pueden agregar a sopas, guisos, ensaladas.
Es recomendable ir rotando los alimentos semanalmente, “es importante respetar a los chicos y no forzarlos” indicó Fugaza, “hay que acompañar esa renovación de sabores” agregó.
Las papilas gustativas se van renovando cada 10 días por lo que es conveniente ofrecerles la fruta de distintas maneras. Por ejemplo, la manzana se puede probar rallada, pelada, en un postre, en ensalada de fruta, en compota. Hay que jugar con la creatividad, ir rotando y explicándoles a los niños los beneficios de comer frutas.
Por otra parte, se debe procurar el consumo diario de legumbres. Puede ser por ejemplo: untables de poroto, milanesas de lenteja, brotes de alfalfa o de soja. Es una gran fuente de proteína que incorporada a diario se digiere más fácil.
Las semillas son muy nutritivas y también importantes en la dieta. Se debe tener en cuenta que hay que activarlas poniéndolas en remojo. Pueden quedar en agua de un día a otro y después se cuelan y ya se pueden comer. Se deben dejar secar en repasador, nunca someterlas a calor porque se destruyen los aceites esenciales y quedan poco nutritivas.
Para finalizar, la nutricionista recomendó evitar el consumo de alimentos procesados, de bebidas gaseosas, bebidas azucaradas y golosinas que restan calidad a la alimentación.
