El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) es una institución internacional no-gubernamental, creada en 1967 a partir de una iniciativa de la UNESCO y en este tiempo de pandemia ha publicado un articulado que lleva el titulo «Economías populares en la pandemia- Cartografía provisoria en tiempos de aislamiento y crisis global» donde sostiene que América Latina se ha vuelto en estas últimas semanas en el epicentro de la pandemia global profundizando los niveles de desigualdad «arrasando con las condiciones del trabajo tanto formales como informales y recrudeciendo la dependencia e invisibilización del trabajo reproductivo, en el hogar y en los territorios comunitarios». «A la vez, en este tiempo están emergiendo y visibilizándose procesos colectivos de organización, prácticas de solidaridad, redes de ayuda y de cuidado mutuo. Muchas activan
dinámicas ya existentes y otras se inventan en el día a día, tomando un papel clave frente a la pandemia. Sabemos que gran parte de la población trabajadora de nuestros países no cuentan con la posibilidad del teletrabajo o de poder sostener un salario o ingreso ante las restricciones impuestas por la crisis o, directamente, que los ingresos que se tienen no alcanzan. En el continente, los datos que la OIT señala como número de trabajadorxs informales es de 140 millones, lo cual representa el 53% de la población económicamente activa».
En este marco, los trabajadores informales que integran la economía popular han sufrido un impacto devastador desde el inicio de la pandemia debido al aislamiento social, preventivo y obligatorio. Se han visto imposibilitados de vender sus productos y mercaderías y por ende llevar a diario el alimento a sus familias. Al respecto, Daniel Valverdi, delegado de la Corriente de Economía Social y popular explicó en UnjuRadio que la situación de los trabajadores/as del sector en la provincia, «es critica, por la falta de políticas del gobierno provincial y municipal que no nos brindan ninguna ayuda para que podamos subsistir. Hemos sido prácticamente marginados».
El referente de los trabajadores informales sostuvo que las autoridades municipales solo promocionan las ferias privadas, «esa gente por lo general tiene una base económica en la cual sustentarse, en cambio el vendedor ambulante con la falta de trabajo que hay le busca la vuelta para poder salir adelante».
«La mayoría somos minoristas, gente de la calle que vive el día a día, no podemos estar pagando en algunas ferias $ 700 por día. La mayoría de la gente anda caminando de un lado a otro en el frió o en el calor para que no le decomisen la mercaderia o le hagan una multa » precisó Valverdi en referencia a la imposibilidad que tienen los vendedores ambulantes de poder pagar un alquiler en una feria privada.
En este contexto de pandemia, sostuvo Valverdi, hubo gente que ha perdido su trabajo y ha tenido que reinventarse y dedicarse a la venta ambulante o vender sus productos y mercaderias en sus propios domicilios. Señaló que son más de 3000 los trabajadores de la economía informal en la Capital.
Por último subrayó que desde hace más de cinco años solicitan ser recibidos por las autoridades municipales y nunca tuvieron respuestas, «somos marginados nunca nos han recibido. Nunca nos han dado una mano sino todo lo contrario nos han ido haciendo la vida cada vez mas difícil» .
