El ingeniero agrónomo, Vicente Costa, indicó «que la posibilidad de expropiar la empresa Vicentín es una oportunidad estratégica para el país en un momento en donde deben primar los nuevos contratos sociales que le digan basta a la corrupción en las empresas».
El profesional egresado de la UNJu dijo que «para analizar el DNU firmado por el presidente Alberto Fernández que comunica la intención de expropiar la empresa Vicentin, es necesario separar lo jurídico que debe ir por los carriles que corresponden a la justicia de lo estratégico».
Costa consideró que ver lo estratégico permite comprender que se trata de una oportunidad para el país. “No se trata de cualquier empresa o cualquier momento histórico para tomar esta decisión. Hay muchas falacias que hay que sacar en la cancha. En lo estratégico, Argentina es un jugador muy importante en el tema de granos y la empresa Vicentín es muy diversificada en el tema de alimentos, por lo cual la posibilidad de perder una empresa de esta envergadura en un proceso judicial de concurso y quiebra y que el achique necesario para poder pagar sus acreedores, pueda pierda su posición en el mercado, es muy relevante a la hora de tomar una decisión de este tipo”, explicó.
Por otro lado, el ingeniero preciso que «en el Río Paraná que es el complejo oleaginoso más importante del mundo, hay solo tres terminales que tiene bandera Argentina compartida de las 8 que están en la zona. Allí están todos los jugadores del mundo de los commodities alimentarios». Por lo que consideró que “desde el punto de vista estratégico, la preservación de la empresa nacional es imprescindible en esa posición”.
Costas también analizó la necesidad de intervención del estado para la preservación de las fuentes laborales, y «sobre todo cuando se dan procesos de dudoso final o existe sospecha de fraude, como este caso de lavado y complicidades políticas, el estado siempre lo ha hecho”.
Sobre la historia de la estatizaciones en el país, Costa aclaró que “los gobiernos populares no han sido los más estatistas de la historia, sino que los que más han estatizado en este país han sido los gobiernos de corte conservador, autoritarios que lo han hecho para salvar empresas de amigos y, cuando no, hacer quebrar a la competencia de esos amigos. Despejando esto, no me parece una decisión no oportuna ni tampoco descabellada en termino políticos estratégicos para Argentina, después se dicen muchas cosas sobre seguridad alimentaria que me parecen que son más slogan que una visión puntal. En este momento de la cuestión, hay un decreto donde se pone de manifiesto la visión político estratégica».
En cuanto a la posibilidad de que una empresa como Vicentín se convierta en estatal y pueda tener injerencia en el mercado de alimentos, Costas dijo que «hay que tener en cuenta que respecto a estos interrogantes hay muchas falacias dando vueltas» y aclaró que «afirmar que el Estado nunca fue buen administrador, eso es una falacia. El Estado fue bueno, regular y malo, hay experiencias bastas de empresas estatales exitosas. Esta no es una empresa cualquiera en el negocio agropecuario y alimentario, como carnes y granos. Tiene un mercado en donde esta empresa y otra blanquean lo que se llevan los grandes jugadores. Los pequeños productores venden en negro y lo que se llama en carpeta son falsos productores que les entregan a estas compañías. En ese sentido el Estado se ha comprado un pequeño despelote, en el mundo privado hay una ética y moral distinta a la que en el mundo estatal requiere. Ahí va haber un conflicto ético muy delicado”.
También indicó que sobre el blanqueo y lavado de dinero que se sospecha que pudo cometer la empresa señaló “sobre el lavado y blanqueo, creo que los argentinos estamos ante una oportunidad de que alguien vaya preso. Jujuy tiene experiencia de lo que son quiebras largas como la del Ingenio La Esperanza y a los jujeños les llevó 30 años arreglarlo. Ante esa situación de lavado y otros temas que son delicados en términos jurídicos, el Estado tiene que hacer lo que tiene que hacer”.
Además, Costa se refirió al momento hacer este anuncio de expropiación, si era o no. Teniendo en cuenta el impacto que podría tener en la renegociación de la deuda externa, destacó, “creo que tiene efecto sobre todo para posiciones más conservadoras. Esto no se debe evaluar desde la conveniencia de la deuda sino que hay que evaluarlo desde un escenario más complejo en donde la deuda es solo una de las piedras a resolver. Pero también hay una pandemia que está generando un daño a la economía y tiene un escenario mayor que es un concurso que podía ser largo o un fraude o podía llevar muchos años. La Argentina tiene antecedentes de no haber resueltos estos concursos nunca como es el caso de La Esperanza. Creo que ante esta situación no se puede decir que no era la oportunidad, sino que debió hacer lo que se hizo. El momento apurado que ven unos es lo pertinente que vemos otros”.
En cuanto a la conveniencia o no de la expropiación de empresas con muchas deudas, que muchas veces terminan siendo una carga para las arcas del Estado, Costa dijo “yo no me preocuparía por la deuda de Vicentín que ya la pagamos y la pagamos en efectivo. Los problemas con las empresas nacionales no son que las pagamos caro sino que no metimos presos a los responsables. Si hay una sospecha, hay que hacer la denuncia, ese es el camino y la oportunidad está. Los argentinos vamos a pagar si hacemos las cosas mal sino no vamos pagar”.
Por último, el ingeniero Costa dijo que la realidad, teniendo en cuenta el contexto internacional y las consecuencias de la pandemia, “nos da la posibilidad de tener una nueva ética pública y un compromiso social diferente. Si seguimos escuchando cantos de sirenas en cuanto a la propiedad privada y constitucionalidad, que no responden a intereses colectivos, vamos a seguir igual. Creo que tenemos que decir basta, hasta acá llegó el nivel de evasión impositiva, cuestionar el margen de rentabilidad de empresas, la constitución del monopolio y oligopolio de los alimentos. Cualquier argentino que vaya a una góndola va ver cuantos jugadores hay en el mercado. Uno ve que Francia y Alemania se preparan para una fuerte participación del Estado en las compañías locales teniendo en cuenta que ante la pandemia hay empresas que van desapareciendo y eso permitiría que personas que concentran el 60% de las riqueza con efectivo vayan a comprar con chauchas y palitos cualquier cosa. Vicentín podría haber sido una de esas empresas. El socio de Vicentín es Greco, que no es cualquier empresa, sino que es la principal empresa de comercialización de commodities que tiene presencia en Argentina y en Jujuy en Mina El Aguilar, esa empresa sola, factura un PBI de la Argentina. Tenemos que ser más receptivos desde lo político y lo estratégico sino vamos a perder la oportunidad de la vida”.
