Lucas Malaisi Licenciado en Psicología y Presidente de la Fundación Educación Emocional Argentina explicó en Radio Universidad de que forma deberíamos volver a retomar nuestras vidas luego de que finalice la pandemia del coronavirus.
En 2015, durante una conferencia en la Universidad Nacional de Santiago del Estero, Malaisi se refirió a la educación emocional de la siguiente manera: “no es una estrategia terapéutica, es una estrategia educativa que busca mejorar la calidad de vida de las personas a partir del desarrollo de habilidades emocionales”.
Por el Covid-19, el mundo se paralizo, nuestras vidas transcurren desde hace semanas entre cuatro paredes, somos un contenedor de emociones que se enfrenan a una situación nunca antes vivida; al respecto Malaisi consideró que es necesario capitalizar positivamente “la situación estresante” que genera la Pandemia del coronavirus, «creo que sería maravilloso al volver tomarnos las cosas más relajadas, recuperar la humanidad fundamentalmente, y a esto yo le añadiría lo que se llama en educación emocional hacer círculos abiertos de conversaciones entre todos para contar como lo vivieron, que sintieron y en esas experiencias de conversar tanto los chicos como los adultos re digerimos la situación vivida para que esto no nos hiera y no quede ahí como un asunto inconcluso”.
“A través de las palabras uno se sana así mismo” señaló el profesional, en referencia a la importancia de expresar lo que uno siente en una situación de aflicción: “cualquier episodio doloroso si uno tiene la oportunidad de conversarlo con alguien, de hablarlo, se da una especie de cirugía lingüística porque uno va sanando a través del habla” indicó.
Malaisi consideró que si todos tuviéramos una educación emocional sistematizada estaríamos mejor preparados no solo para sobrellevar el flagelo de la pandemia, sino también para otras cuestiones como el consumo de drogas, suicidios y la depresión.
Por último, el licenciado en Psicología espera que luego de la cuarentena cuando “se active de nuevo el planeta” las personas “no sigan en la misma dirección y en la misma vorágine, o peor aún, acelerados tratando de recuperar el tiempo perdido” precisó.
