Ismael Mamaní, padre de Abigail de 13 años que padece epilepsia refractaria tras sufrir meningitis, dialogó con Radio Universidad sobre el camino que tuvo que recorrer para poder implementar el aceite en el tratamiento de su hija y sobre los beneficios que trajo a la calidad de vida de su hija y su familia.
Al respecto, explicó que “la historia de vida de Abigail, es muy larga. Ella a los 20 días de nacer empezó con fiebre alta, convulsionaba. Y en esos tiempos nosotros vivíamos en Palpalá y hacíamos el trayecto desde allá, que era más o menos 30 minutos, y la nena llevaba más de 30 minutos convulsionando hasta que llegábamos al Hospital de Niños. Así estuvimos una semana, a los 25 días le diagnostican una meningitis bacteriana. De ahí Abigail paso 40 días en terapia. Los médicos nos dijeron que teníamos que esperar un milagro para ver si se recuperaba”.
“Y ahí comienza la lucha de Abigail, fármacos tras fármacos. Hasta los 10 años estuvimos en Jujuy, cuando ya no pudieron hacer nada los médicos. Habían probado con todos los fármacos tradicionales y lejos de avanzar y mejorar su calidad de vida, ella empeoró y sus crisis eran más frecuentes”, precisó.
En este sentido, luego de haber sido derivara al hospital Garrahan en Capital Federal, comentó que “cuando conocimos el aceite, buscábamos médicos que nos receten para poder comprarlo en estados unidos, porque necesitábamos una autorización del ANMAT, y en ese entonces no había cultivadores solidarios, que ahora hay en toda la provincia y en todo el país. Pero antes no se podía hablar del tema, y nosotros fuimos por la parte legal para buscar un médico que nos recomiende el aceite”.
Al referirse a la lucha que mantuvo con los médicos hasta que permitieron el uso del Cannabis en el tratamiento de su hija, expresó que “ellos sacaron los fármacos, e ingresaron el cannabis. A partir de ahí, Abigail pasó de tener 300 convulsiones al día, 180 y al día posterior 50”.
Por último, mencionó con repecto a la Asociación Cannabis Jujuy, “nos conocimos por el dolor, el dolor nos unió, y nos da fuerza para luchar y seguir adelante, hay muchos padres con hijos que tienen autismo, y es impresionante como mejoró la calidad de vida del paciente, la familia ya dejó de sufrir, y estamos hablando de un aceite casero donado por cultivadores solidarios, la verdad es increíble lo que hace el aceite”.
