El dúo Carlitos Mamaní – Franco Paredes hace un homenaje a la canción joven y un rescate de poetas en tiempos en que ejecutar un repertorio que se componga así , de Pablo Neruda a Carlos Rivero, se agradece.
Apenas uno llega al final del pasillo escucha que arriba, en la sala «Nélida Fidalgo», el nuevo par musical se «entona» escuchando al dúo Orozco Barrientos: brisa en forma de canciones.
El dúo pasa entre nosotros, hay saludos, los invitados entre el público, mucho afecto y respeto. Una primer mirada cómplice y suena «Para andar» (canción que también abre el disco homónimo de Franco Paredes). Ahí nomás interpretan el chuntunqui «Campesina», un poema de Pablo Neruda con música de Bicho Díaz, seguido de la primer sorpresa de la noche. Franco estrena «Pensamiento», una canción que asegura haber encontrado su lugar en este dúo. Hasta acá, el repertorio es lo que reza «Barro y canción», de Carlitos Mamaní en su disco «Al horizonte». Si algún músico nuevo, si algún changuito anda buscando canciones para hacer, aquí hay una vertiente.
Entre risas el dúo recuerda su viaje a la Isla del sol (Bolivia), donde habría surgido todo. Franco por su parte comparte un anécdota de la infancia e invita a Fabrizio Alderete para hacer «Romance de los dos ríos», un romance de Marcos Paz con música de Pachi Alderete y Adrián Temer.
Tiempo de taquirari, grita Carlitos Mamaní y tocan «Humahuaca madre tierra». El ritmo se apodera del repertorio porque ahí nomás suena «La humita», bailecito de Carrizo y Bruno Arias.
«Daniela García pertenece a esta camada femenina que asoma con un montón de fuerza», dice Franco sobre la segunda invitada. Cantan «A Jujuy siempre se vuelve» (Hugo Chagra). La emoción ya es evidente, se lo ve a Carlitos disfrutar los aplausos al final de cada canción y a Franco movilizado cada vez que habla de un invitado. Tocan «Por la siesta», de Carlitos Mamaní y el gatito «Claroscuro» de Marcos Rodríguez, el próximo invitado.
El cordobés Marcos Rodriguez evoca a Carlos Rivero para hacer «Pasa todo», mientras el dúo se prepara para encarar el final, también para la gira de poetas y cantores por Buenos Aires en julio.
El final son tres bises que, cual homenaje a la canción, terminaron con todos coreando «Guanuqueando».
