Así lo manifestó Laura Golovanevsky, Doctora en Economía, quien fue invitada al programa número 72 de “Cátedra Abierta”, transmitido por la 92.9 Radio Universidad y conducido por Héctor Espinoza y Selene Flores.
Laura es Doctora en Economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Magíster y Docente en Teoría y Metodología de las Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu) y Docente de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE, UNJu).
En su visita al estudio, la Doctora abordó el tema de su tesis: la vulnerabilidad y transmisión intergeneracional de la pobreza en la Argentina del siglo XXI. Al respecto, Laura dijo que “la pobreza tiene un fuerte poder reproductor intergeneracional y es muy difícil salir de la denominada ‘trampa de la pobreza’ porque si una persona nace en un hogar con determinadas características y niveles de vulnerabilidad, en la mayoría de los casos es muy complicado salir de esa situación”.
En este sentido, Golovanevsky explicó las diferencias entre pobreza e indigencia y sus métodos de medición:
- Pobreza: se considera que un hogar es pobre cuando sus ingresos alcanzan a cubrir mínimamente los alimentos de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), y satisfacer otros consumos básicos no alimentarios como la vestimenta, la medicación o el transporte.
- Indigencia: se considera que un hogar es indigente cuando sus ingresos son insuficientes para cubrir los alimentos que forman parte de la CBA, que es lo mínimo que las personas tienen que consumir para su subsistencia.
La entrevistada destacó que en la actualidad existen miradas multidimensionales que permiten analizar la pobreza desde perspectivas más amplias y abarcativas, y recalcó la importancia de las políticas públicas estatales y de las discusiones a nivel global para poder solucionar la problemática. También indicó que “para poder salir de la ‘trampa de la pobreza’ hay que apuntar en un sentido más amplio. En lo que respecta a las políticas de empleo, necesitamos que la gente tenga trabajo para poder obtener ingresos y que ese trabajo sea regulado, se realice bajo condiciones salubres y cuente con salarios dignos”.
Por último, Laura dijo que cuando las condiciones económicas de un país entran en crisis, “los hogares pobres e indigentes son los primeros perjudicados, ya que poseen una gran cantidad de niños pero menos perceptores de salarios, es decir, gente adulta que pueda trabajar. En consecuencia, cuentan con ingresos monetarios disminuidos que no les permiten hacer frente a las adversidades de la economía”.
