Este 30 de agosto de 2020 se cumplen dos años de la gran marcha de la comunidad universitaria en contra de los ajustes y recortes que aplicó el gobierno de Mauricio Macri al sistema universitario público nacional.
Mientras los medios de comunicación afines al gobierno de lo que entonces se llamaba CAMBIEMOS, se esforzaban por minimizar el impacto de las medidas de fuerza de los docentes universitarios. Ese jueves, alumnos, egresados, docentes y no docentes junto a todo aquel que se sentía cercano a la Universidad Pública lleno calles y plazas de casi todos los rincones del país al grito de «la educación pública no se vende, se defiende».
Cabe recordar que en todas las universidades públicas, durante las semanas anteriores, se realizaron paros generales de actividades, movilizaciones, clases públicas en todo el país y abrazos simbólicos, en reclamo por la pésima situación presupuestaria y salarial en las casas de altos estudios. Estos reclamos superaron la lucha docente y llegaron hasta los demás estamentos que componen el co-gobierno de la Universidad ya que se entendió que lo que estaba en juego era la institución misma. La participación del resto de la comunidad universitaria y de la población en las medidas de protesta fue una muestra de que la gente también entendía que estaba en juego la educación pública.
Ese jueves 30 de agosto, profesores, estudiantes, investigadores, autoridades académicas y no docentes, acompañados por representantes de otros gremios y dirigentes políticos, se movilizaron en contra de del recorte presupuestario y salarial en las universidades. Reclamaron más fondos para la enseñanza superior y se solidarizaron con los otros trabajadores que sufren el ajuste. La “Marcha Nacional Universitaria” en Buenos Aires con gremios universitarios de todo el país fue desde el Congreso Nacional hacia el Palacio Pizzurno “para exigir al gobierno nacional una respuesta”.
Entre los puntos más importantes del reclamo estaban el recorte presupuestario que afectaba a las 57 universidades públicas del país que ya superaba los 4 mil millones de pesos perjudicando incluso al CONICET y a la investigación científica. Por otro lado esta el conflicto salarial entre docentes y el Gobierno nacional que había propuesto dos aumentos en el mes de mayo de ese año, del 5% y un 5,8% en agosto, quedando un último tramo de 4,2 % en octubre, sin cláusula gatillo. La oferta fue rechazada por los docentes y el pedido formal de los gremios era de un aumento del 30% con una cláusula de actualización por inflación.
Según cálculos de los medios nacionales, en Buenos Aires se movilizaron más de 300.000 personas, en otros lugares del país las marchas también fueron masivas. En Jujuy, la movilización recorrió todo el microcentro y se hablaba de la presencia de 30.000 personas que confluyeron en la Plaza Belgrano como uno de los epícentros de la protesta.
Así, la marcha universitaria del 30 de agosto de 2018 que se realizó en toda la Argentina quedará en la memoria popular no solo porque se desbordaron las calles y las plazas en todo el país sino también porque fue una clara muestra de la defensa de la educación pública.
