El economista Raúl Llobeta analizó la situación de las pequeñas y medianas empresas en nuestra provincia considerando que, desde que se constituyen como tales, tienen que planificar su salida al exterior.

“Si se vivirá de la empresa, si se saldrá a la calle para ganar dinero, hay que tener la salida bien armada”, dijo, sosteniendo además que durante muchos años se tomó como base un modelo económico norteamericano aunque la economía y la estructura social argentina son diferentes.

“Los argentinos somos más bien familieros, y en el modelo norteamericano primero es el negocio y segunda la familia. Está  bien para su cultura, pero nosotros no somos así. Los argentinos tenemos la maña de imitar a europeos y norteamericanos y no respetamos lo que somos: una cultura muy afectuosa, de barrio, de comunidad”.

En este sentido, marcó que la micro empresa debe ser una herramienta, un recuso de la familia, algo que le permita funcionar mejor.

Intervención

Por otra parte, Llobeta expresó que en nuestro país hay ciclos en que se considera que las empresas deben ser la base de la economía y otros en que la misma se sostiene en el Estado; “cuando el Estado interviene en la economía, se reduce la pobreza extrema porque el Estado les quita dinero a los empresarios y se lo cede a la sociedad. También emite dinero para poder cubrir los gastos. En las etapas donde tuvimos mucha intervención estatal los empresarios se enojaban de que les quiten dinero y se cuestionaba la eficiencia del Estado”. También indicó que hay etapas donde se compran y se venden empresas,  “y cada vez que se lo hace se pierde dinero porque no terminamos de ordenar un proyecto que combine de manera inteligente el Estado y el mercado. El desafío es tener una combinación de un Estado que otorgue un piso sobre el cual se pueda construir”.

Un pie adentro y un pie afuera

En este sentido, el economista señaló que, para ser eficiente, una pequeña o mediana empresa debe basarse en el Estado y en su propia actividad, “tener una pata en el Estado y una pata en la calle”.

“Se tiene que hacer algo para vivir de la calle, pero alguien de la familia tiene que tener una pata en el Estado, un subsidio, un plan, un contrato, un trabajo en el Estado. Este le puede dar un piso al micro empresario,  y su empresa le puede dar la mejora”.

Llobeta destacó la idea de empresa familiar, comentando que el jefe de familia debería ser la parte principal de la misma, y los hijos quienes generen este contacto con el Estado a través de contactos, subsidios, planes o un trabajo.

Además, sostuvo que los empresarios deben aprender a hacer política, recordando que en Brasil el azúcar es más barata porque los empresarios “tienen la habilidad de lograr que el Estado los proteja. Y así como el gran empresario tiene la habilidad de lograr esto, los pequeños empresarios también tienen que tenerla. El Fondo Especial del Tabaco es un impuesto que se le cobra a cada uno de los consumidores. Esa plata va a la Cámara del Tabaco y se la redistribuye a los productores según la cantidad de hectáreas y según la cantidad de producto; los tabacaleros también tuvieron la habilidad política que el Estado le cobre impuestos al ciudadano para repartirla. El sector minero tuvo la habilidad de reducir las retenciones y los impuestos y hacer que toda la inversión que haya fuera del predio minero se devuelva”.

Además de considerarla necesaria, Llobeta dijo que se puede lograr esa ayuda estatal visibilizando la empresa; “muchas veces citamos al Papa diciendo que salgan a la calle y hagan lío en el sentido que el gobierno los vea y los proteja. Como ejemplo, tenemos un caso en Salta. donde un municipio sacó una ordenanza donde se prohíbe la venta de artesanías que no sean salteñas”.