Cuando hablamos de agua y para que la queremos, por lo general recurrimos al consumo pero las necesidades básicas de consumos involucran mucho más, viene vinculado con la higiene de la persona y de la casa. También está ligado a nuestros cultivos, el ganado es otro de los consumidores de agua dulce, a todos los procesos de la industria, está también ligada a la energía.
El agua dulce según los especialistas, tiende a ser más escasa, no nos olvidemos que hay una presión demográfica muy grande, otra de las causas es la contaminación; alrededor de 700 millones de toneladas se tiran a ríos por año en todo el mundo.
La población mundial crece día a día y en muchos casos la falta de obras cloacales y servicios de agua potable, por ello la Naciones Unidas en el año 1993 estableció el Día Mundial del Agua el 22 de marzo, celebrada cada año.
Existen diferentes tipos de agua: destilada, mineral, pura, potable, dulce, salada. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el agua que consumimos para que llegue a ser potable tiene que cumplir con varios requisitos que son difíciles de conseguir en la naturaleza y difíciles de lograr en la práctica de la civilización humana, hay que pensar que para acceder a un agua que no tenga mucho contenido de sal debemos vivir en una región donde el clima y las condiciones del sustrato de la geología permitan que el agua escurra, que esté disponible o almacenada en el subsuelo y que no esté cargada de sales, cuando empezamos a observar que no es fácil encontrar en todas las regiones del mundo estás condiciones para encontrar agua dulce, en esos lugares del planeta el agua dulce que luego debe ser potabilizada para que la podamos consumir no está disponible.
Los jujeños somos privilegiados por estar en una zona donde el agua en su mayoría está disponible para ser potabilizada, pero en épocas de lluvias es muy difícil potabilizar por el hecho que son tas copiosas las precipitaciones que resulta complicado realizar el trabajo de potabilización por la gran cantidad de sedimentos que arrastran los ríos.
En nuestra capital tenemos una muy buena agua, en el sentido que si nos trasladamos a otras regiones que están dentro de nuestra provincia se va a notar que es diferente por la cantidad de precipitaciones que caen por año, en San Salvador de Jujuy llueve por año alrededor de 1000 mm, a diferencia de la Puna que caen alrededor de 300 mm, otra de las diferencias es que la región de la puna está ubicada en la altura y debido a esta situación el agua se evapora son rapidez, y si lloviera de la misma forma que en San Salvador se evaporaría más rápido, convirtiéndose en sal; esto hace que el agua de la puna tenga un mayor contenido de sal que en nuestra región.